Con la magia, el encanto y el sabor de la vida y de la arquitectura tradicional y popular de Torrellas, tesoro del Moncayo, Aragón.
Torrellas es un pequeño -gran- pueblo de la Comarca de Tarazona y el Moncayo, Zaragoza, situado en la vega del río Queiles y el barranco de El Vado.
Torrellas, viene del latín "turris" (Torre) y con el sufijo "ella", torre o casa de campo defensiva.
Aún quedan arriba en lo alto del pueblo los restos de lo que pudo ser parte de su antiguo castillo.
Los de Torrellas son Torrellanos y los llaman cariñosamente "los de la filajona", que además es el nombre que lleva una Asociación del lugar.
"La Filajona es una tajadera de riego , que deja o no , pasar el agua del río Queiles a Tarazona. Antiguamente había disputas y tiros por ese agua, por que si se cerraba , dejaba sin agua a Tarazona. Por eso decir " los de la filajona " es como decir , los que tienen " la llave " del agua", nos cuenta amablemente una torrellana.
El origen de Torrellas habría que buscarlo en un antiguo asentamiento celtíbero ya que en el siglo XVIII se encontró en la fachada de una casa una piedra con una inscripción labrada con texto celtibérico.
Torrellas en los tiempos de la nobleza aragonesa de los Condes de Ribagorza y los Duques de Villahermosa, componía junto con Los Fayos y Santa Cruz del Moncayo la Baronía de Torrellas.
En el siglo XVI la población de Torrellas era mayoritariamente morisca.
Su población musulmana destacó por ser excelentes artesanos y agricultores.
La expulsión de los moriscos el 12 de agosto de 1610 significó que Torrellas prácticamente quedo vacío, ya que fueron desterradas casi 2.000 personas.
Hoy en día, ya en el siglo XXI, Torrellas todavía recuerda a muchos de aquellos moriscos conservando el nombre de aquellos en las placas de muchas de sus calles.
El Centro de Interpretación "La Huella del Islam" de Torrellas, ubicado precisamente donde se encontraba la antigua Mezquita, ahora reformada en la Iglesia de San Martín de Tours, nos acerca y nos recuerda aquel legado todavía impregnado en su trazado urbano.
Es una delicia el paseo por sus calles y sobre todo el disfrute de su Plaza Mayor, porticada y donde antiguamente se celebraban los Días de Mercado.
Para terminar, por hoy, pongo un dicho espontáneo y de espíritu libre, que aún se oye por Torrellas...
“En Los Fayos, mucho culo,
en Torrellas mucha teta
y en llegando a Santa Cruz
todo son ladrillo y tejas”.
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