Durante
muchos años, el Glaciar de la Maladeta fue el más conocido del Pirineo
Aragonés debido a su privilegiada situación frente al Portillón o Puerto de
Benasque.
Este Puerto, entre Francia y Aragón, ha sido históricamente y sobre todo, desde el siglo XVI, el paso más transitado en esta zona de la cordillera pirenaica.
Esta angosta brecha a 2.444 metros, abierta entre los Picos Salvaguardia y de la Mina ha visto pasar peregrinos, vendedores de sal, ganado y toda suerte de mercancias, contrabandistas, huidos del hambre o de la justicia, guerrilleros, ejércitos, refugiados durante la guerra civil, temporeros, geólogos, botánicos, montañeros...
A un centenar de metros de la Casa de la Compañía de Minas, explotadas en el entorno, se encontraba la Casa Cabellud, construida en 1860 por Francisco Cabellud para aprovechar el creciente número de viajeros provenientes de los dos lados de la frontera.
De ambas casas, actualmente, apenas quedan vestigios.
El Glaciar de la Maladeta, año tras año, empequeñece más y más...como una muestra palpable de que el cambio climático es una triste e inexorable realidad.
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