Con las viejas y mágicas piedras del Convento del Desierto de Calanda, en la Sierra de la Ginebrosa, Aragón.
En un lugar aislado, remoto, pero de una belleza difícil de describir, se encuentran las ruinas de lo que fue el monumental Convento de San Elías, fundado en 1.680 por la Orden de los Carmelitas Descalzos.
En el mismo punto donde ya existía la Torre Alginés ("Torre" en muchas zonas de Aragón es una casa de campo agropecuaria) de la Orden de Calatrava los Carmelitas se sintieron atraídos por este fascinante enclave, comenzando unas obras que no terminarían hasta el año 1.701.
En el 1.705 la cansina Guerra de Sucesión provocó el asalto e incendio del lugar por los partidarios de Felipe V de Borbón.
En 1.708 comenzó la restauración culminando con la finalización de impresionante la Iglesia en 1.728.
Un siglo después, en 1.808, durante la Guerra de la Independencia, los ansiosos franceses saquearon el edificio, destruyendo también la que fue una magnífica biblioteca.
En el año 1.835 en el Convento aún había 24 sacerdotes, 18 profesores de coro, dos escolanos, dos cabrerizos, cinco labradores y un guarda de camino.
En 1.836 como consecuencia de la Desamortización los monjes abandonan las instalaciones que posteriormente fueron de nuevo incendiadas y con los años, vendidas como propiedad privada.
En el año 2.021 el Ayuntamiento de Calanda cerró la compra del Convento por 93.000 euros con idea de reconvertirlo en un espacio hotelero y/o centro cultural.
A día de hoy, la idea sigue siendo eso, idea.
El Convento del Desierto de Calanda es una gran construcción de cuatro plantas en la que destaca la iglesia con su magnífica fachada de sillería, el claustro y las celdas de los frailes.
El Conjunto Arquitectónico es de gran sobriedad siguiendo las directrices austeras de la orden, creada por Santa Teresa de Jesús e impulsada por San Juan de la Cruz.
Merece la pena el esfuerzo de acercarse hasta aquí, en un punto que aún da la sensación de que no está en este mundo y más aún, antes de que comiencen algún tipo de obras (si se llegan a iniciar) ya que todavía está bien presente e impregnado en las viejas piedras el romanticismo de las siempre subyugantes ruinas.
Convento del Desierto de Calanda... Comarca del Bajo Aragón... Teruel Existe, Resiste y Enamora !!
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