No son una mancha. No son musgo. Ni tampoco son plantas de reducido tamaño. Los líquenes son el producto de una simbiosis perfecta entre un hongo, que es el elemento principal, y bien un alga verde o bien una cianobacteria (un filo que comprende las bacterias capaces de realizar fotosíntesis oxigénica). Dentro de cada uno de ellos puede haber diferentes divisiones que conformen el organismo final, es decir, el liquen.
Los líquenes son capaces de adaptarse a cualquier ambiente, pero tienen un punto débil. Y es que son muy sensibles a muchos contaminantes como el dióxido de azufre, el amoniaco, materiales radiactivos o ciertos fenómenos como la lluvia ácida… Que les afectan negativamente, porque para ellos el agua y el aire son muy importantes.
Por lo que, en general, cuantos más líquenes encuentres en un sitio más limpio estará el aire y el agua de ese sitio.

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