Almohaja pertenece a la Comunidad de Teruel y es uno de los municipios más pequeños de todo Aragón.
Este municipio ha ido perdiendo población desde principios del siglo XX. En 1910 contaba con 271 habitantes y desde entonces ha ido en caída libre. Entre 1960 y 1970, como ocurrió en gran parte del territorio rural aragonés, sufrió el desplome más catastrófico fruto de la marcha de las familias a localidades más grandes y al mundo urbano en busca de trabajo y una mejores condiciones de vida. En esta década pasó de 160 habitantes a 67.
Y desde entonces el declive continúa. En 1996, hace un cuarto de siglo, contaba con 35 vecinos, en 2006 fue el último año que mantuvo la treintena de empadronados y desde 2015 tampoco ha llegado a la veintena.
A pesar de su censo en número rojos, ofrece visiones entrañables de su historia y de su entorno. El casco urbano se encuentra escalonado en la ladera de un montículo y dominando un pequeño valle. Forma parte del conocido como paisaje del Rodeno, unas formaciones de piedras rojas, compuestas de arcilla, y de rocas de arenisca compactas. Al otro lado del valle, frente al núcleo, discurre el trazado del antiguo Tren minero Ojos Negros-Puerto de Sagunto, una ruta ideal para hacer senderismo. El sendero local del barranco Cardoso, que se desarrolla de manera circular y se hace en unas dos horas y medio, es un imprescindible para los amantes del senderismo.

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