Del que no para de hablar se dice que "habla hasta por los codos" y es de suponer que, como en todos los sitios, habrá alguno o alguna de Codos que así será...
Aunque el topónimo parece más bien que puede provenir del latino cŭbĭtu (codo) haciendo referencia a la sinuosidad del curso del río Grío configurando la montaña en que se encuentra la población.
Codos se ubica a unos 750 metros de altitud en terreno montañoso, entre las sierras de de Algairén, Modorra, y del Espigar, además de la ya mencionada de Vicort.
El pueblo se asienta en un alto rocoso, flanqueado por los riachuelos San Gil y Güeimil, que forman el río Grío al unirse.
Aunque se han hallado vestigios de una acrópolis visigoda, la primera referencia histórica de Codos data del siglo VI.
La ciudad fue entregada a la Orden del Santo Sepulcro en 1154 por Ramón Berenguer IV y aún figuraba bajo su propiedad a comienzos del siglo XVI.
A mitades del siglo XIX Codos contaba con una población de 750 habitantes, que pasaron a ser casi 1200 a principios del s.XX.
Actualmente cuenta con unos 240 habitantes.
Continúa manteniendo una economía mayoritariamente agrícola, cultivándose excelentes frutas como la cereza y el melocotón.
Codos mantiene su ancestral entramado urbano de calles estrechas y con costeras, típicas de pueblos de montaña.
Destaca su iglesia gótica tardía de Santa María Magdalena, la Fuente Vieja, la Casa Museo, Peirones, Puente de la Herrería, el Camino Encantado, formaciones geológicas de gran interés y valiosas muestras de arquitectura tradicional y popular.
Codos, un enclave zaragozano de la Comunidad de Calatayud del que hablar largo y tendido por sus bellezas y atractivos.

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