Siempre resulta curioso el peculiar entramado urbanístico que posee Épila con sus cabezos de casas-cueva y antiguas bodegas tradicionales.
Son ancestrales construcciones que aprovechan la temperatura interior siempre constante: frescas en verano y cálidas en invierno. Ideales para la elaboración del vino y como viviendas para las personas.
Esta forma de trogloditismo se da también en unos cuantos pueblos de la Comarca de Valdejalón.
Actualmente hay algunas casas-cueva que han sido modernizadas y adecentadas mientras otras sufren un gran deterioro.
"La
zona baja del cabezo, donde en la foto aparecen varias mujeres, es el
Arrabal. Al otro lado de la tapia de la derecha estaba la era de la
Brisa, donde se depositaban los residuos del hollejo de la uva que
utilizaba la alcoholera y jugaba buena parte del mocerío de esa parte de
la localidad y hoy se ubica el instituto de enseñanza media. Y un poco
más abajo, aunque no los capta la foto, se encontraban (todavía se
mantiene) la Cruz del Arrabal y, desde los años treinta, un pequeño
surtidor de gasolina, desaparecido en los sesenta. Ah, y la cruz de
hierro que campea en lo alto del cabezo, donde solo queda una míseros
restos del castillo apreciables solo para ojos de arqueólogo, fue
erigida, a instancias del Ayuntamiento, para conmemorar la entrada del
siglo XX." (Comentario de Manuel Ballarín Aured)
Foto - Erika Groth-Schmachtenberger.
Épila... Comarca de Valdejalón... Zaragoza.

No hay comentarios:
Publicar un comentario