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| La iglesia neoclásica de la Asunción del desaparecido pueblo viejo de Mequinenza, antes de que comenzará su derribo. |
Batallas perdidas...paseando y recordando por los restos de lo que fue la Iglesia derribada del desaparecido pueblo viejo de Mequinenza, Lo Poble Vell de Mequinensa.
En esta santa tierra aragonesa no solo las gentes de las montañas del Alto Aragón o Teruel han sufrido la construcción de pantanos durante la dictadura franquista con la consiguiente muerte de sus pueblos, en aras, dicen -lo cual es un suponer- del mejor vivir de otros.
El azote de los pantanos con su inevitable estela de muerte, destrucción, éxodos masivos y estrangulación del desarrollo para muchos, también llegó a la "tierra llana" que llaman los montañeses.
Como todo en la vida y de modo inexorable, donde unos pierden, otros ganan.
La peor parte -y aquí no hay discusión- fue para aquellos a los que les tocó almacenar para otros el agua en la puerta de sus casas obligándoles a abandonarlas junto con sus ráices y buscarse la vida en otros sitios, mientras la tajada fue a parar a los regantes y también a las compañías eléctricas cuyas sedes estaban lejos pero muy cerca los beneficios de turbinar el agua que hundía y ahogaba a otros.
Y ésto y no otra cosa, es lo que le ocurrió a Mequinenza.
Gran pecado estar a orillas del río más caudaloso de España, el Ebro y pecado reincidente el estarlo también cerca de la desembocadura del Cinca y del Segre, sus principales afluentes.
La construcción de dos pantanos, uno arriba, el de Mequinenza que da origen al hoy llamado "Mar de Aragón" y otro abajo, el de Ribarroja a mitades del siglo XX fueron el fin de Lo Poble Vell de Mequinensa, el pueblo viejo de Mequinenza.
Muchos, de un día para otro y al igual que le ocurre al viejo Nelson de "Camí de Sirga" -la ya mítica novela del escritor aragonés en lengua catalana, Jesús Moncada, nacido en Mequinenza- se descubrieron "navegantes sin barco, exiliado sin esperanza de retorno".
O como al también entrañable personaje del joven Viance de "Imán" de otro gran escritor aragonés, Ramón J. Sender, que cuando volvió a su pueblo después de avatares de la vida, se encontró con que el agua de un pantano lo había engullido y ya no existía.
“Sobrabas país, solo querían agua, montañas y electricidad”...gran verdad que proclama "La Ronda de Boltaña" en una de sus canciones.
Bajo la siniestra y alargada sombra de los dos pantanos, las tenaces y siempre sin reblar gentes de Mequinenza consiguieron una indemnización de la compañía hidroeléctrica Enher y en la maraña de letras grandes y pequeñas también estaba implícita la destrucción, casa por casa e iglesia incluida, de prácticamente todo el viejo pueblo de Mequinenza.
Hoy, muchos de aquellos habitantes de Lo Poble Vell de Mequinensa y desde mitades de los años 70 viven a solo dos kilómetros de aquel pueblo viejo en el pueblo nuevo de Mequinenza, a orillas del río Segre, cola del pantano de Ribarroja.
Las aguas de este pantano nunca inundaron una buena parte del viejo pueblo que fue demolido y que, actualmente, las gentes de Mequinenza han ido recuperando algunas de sus antiguas calles y los cimientos de algunas casas y de la misma iglesia.
La vieja iglesia a la que se la pintado algún mural en las paredes en las que antiguamente estaba el altar y los retablos...
El viejo pueblo de Mequinenza es hoy en día un Parque vivo de la Memoria al aire libre y una invitación, mientras se pasea por él, a la busqueda interior de lo que realmente importa en la vida.
En su caminar siempre se pierden la mayoría de las batallas pero nunca, nunca, la guerra.
Lo Poble Vell de Mequinensa, Pueblo Viejo de Mequinenza... magia y memoria en la Comarca del Bajo Cinca-Baix Cinca...Zaragoza.
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| Los trabajos del derribo de la Iglesia de la Asunción del demolido y desaparecido pueblo viejo de Mequinenza van llegando a su fin. |
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| Restos actuales de lo que fue la Iglesia del pueblo viejo de Mequinenza, Lo Poble Vell de Mequinensa, Aragón. |




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