Familia de Tardienta, Aragón, huyendo de los combates de la incivil guerra española en Agosto de 1936... en un día que hemos tristemente amanecido con una nueva nueva guerra en Europa.
Fotografía de Agustí Centelles (1909-1985) que describe en su profundo silencio el sufrimiento y el dolor de los eternos perdedores de las guerras, de todas las guerras... la gente corriente.
Las guerras son el mayor fracaso de la especie humana.
Hoy, en un día sombrío y de graves consecuencias que nadie, absolutamente nadie, sabe su alcance, las gentes corrientes de Ucrania, somos todos.
Aún se debería de estar a tiempo de parar un mayor desastre.
Lo que parecía un órdago se ha convertido en pesadilla real.
La expansión de la OTAN no era ni es una broma.
Putin, todavía menos.
No se puede jugar con fuego porque al final nos quemamos todos.
Y a nadie le interesa o le debería de interesar arder en el infierno.
Y el infierno ya se sabe que es muerte, destrucción, desplazamientos de refugiados y cuanto menos, una profunda crisis económica, sobre todo, para los más débiles.
O sea, para nosotros.
Es Ucrania, es Europa, estamos en la OTAN...y la carga no va a ser ligera para nadie.
Ojalá los que tienen que hablar, al margen de castigos económicos, que ya se sabe en qué quedan, lo hagan en serio, se reconduzca la situación y se evite otra catástrofe.
Duro, pero es lo que hay.
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