"¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo."
(De la Rima "Qué solos se quedan los muertos" de Gustavo Adolfo Bécquer)
Allá arriba de Morés, junto al camino viejo a El Frasno, aún quedan los restos de lo que en su día fue el Cementerio de Morés.
Ahora, hay otro nuevo, más abajo, y más cerca de las casas del pueblo.
Aún están aquí arriba los restos de los que cuando se construyó el nuevo camposanto, no los quisieron trasladar respetando el lugar original o ya no tenían a nadie que pudiera o quisiera hacerlo.
Las tapias poco a poco se van desmoronando, quedan nichos vacíos, capillas y tumbas abiertas... y también cruces, oxidadas y desvencijadas.
Aún hay alguien que se resiste a olvidar a los que allí están y de vez en cuando les lleva flores.
Impresionan las flores, impresiona aún, la increíble belleza del lugar y, sobre todo, impresiona el silencio y el olvido.
Morés... Comunidad de Calatayud... Aragón.
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