Hoy, día de San Valero, rosconero, ventolero, Patrón de Zaragoza y "alma mater" de todos los buenos lamineros ... Vendiendo roscones en la Plaza de la Seo hacia 1964.
Cuenta la historia, cuenta la leyenda que Valero debió de nacer en una buena cuna, de familia noble y romana (los "Valerios"), allá por el s.III en Caesaragusta.
San Valero fue obispo de Zaragoza (siglo IV), maestro de San Vicente Mártir (Vicente de Huesca) y confesor de la fe cristiana.
Se sabe que San Valero participó junto con San Vicente en el primer concilio español del que se tiene noticia, que tuvo lugar en Elvira (Granada) a principios del s.IV.
Según cuentan los testimonios de la época , San Valero y San Vicente sufrieron la persecución contra el cristianismo que fue ordenada por el emperador romano Diocleciano y ejecutada por el gobernador Daciano.
Ambos fueron detenidos y trasladados encadenados a Valencia para ser juzgados.
Parece ser que a San Valero le costaban salir las palabras ya que es posible que fuera algo tartamudo y fue entonces San Vicente, quien hablando por los dos, hizo una efusiva defensa del cristianismo y de los perseguidos ante el tribunal.
San Vicente, pagó con su vida su atrevido discurso y de allí, lo de "mártir", mientras que San Valero fue desterrado sin tortura a Enate, en el Somontano de Barbastro, donde viviría en oración durante unos catorce años.
Fue enterrado en el Castillo de Estada.
En este pueblo existe una piedra sagrada conocida como la famosa "Silleta de San Valero" donde cuenta la tradición que el santo predicaba.
Recién nacido el Reino de Aragón llegaron noticias de que sus restos habían sido hallados en el Alto Aragón.
Fueron llevados a Roda de Isábena, entonces eclesial de Aragón.
No sería hasta el s.XII cuando llegarían a Zaragoza algunas reliquias valerianas, primero un brazo y más tarde el cráneo del obispo confesor.
El cráneo dicen que lo trajo el rey de Aragón, Alfonso II desde Roda de Isábena y que fue a cambio de unas tierras en Berbegal (Huesca).
Tanto el hueso del brazo como el cráneo se encuentran en La Seo de Zaragoza.
El busto relicario de San Valero ha sido objeto de reciente restauración y de forma completa.
En Roda se conservan el resto de las reliquias, junto a las de San Ramón.
La imagen más conocida de San Valero es la escultura que hizo el escultor aragonés Pablo Serrano y que se encuentra a la entrada del Ayuntamiento de Zaragoza.
Sin embargo se cree que la mejor representación de San Valero está en el frontal de Liesa, datado en el s.XIII y donde aparece junto al martirio de San Vicente en una pieza excepcional del románico aragonés.
Hay un despoblado en el Pirineo Aragonés, cerca del Coll de Fadas que lleva el nombre de "San Valero".
Y hasta aquí con la historia y con la leyenda, ya hemos llegado al gozo de los lamineros, el famoso Roscón de San Valero.
Se afirma que esta tradición es posible que nos haya llegado incluso de las festividades propias de la época romana, donde en los Saturnales era costumbre esconder un haba por la casa y el esclavo que la encontraba obtenía la libertad hasta la primavera.
Ya en el medievo eran los nobles los que en los días festivos repartían las "migajas" entre sus súbditos.
Con el tiempo la fusión de aquellas tradiciones han derivado en un Roscón donde antiguamente se colocaba un haba y una sorpresa.
Al que le salía en el reparto el "haba" pasaba a ser el "tonto del haba" durante todo el año y hasta pagar el del próximo.
Al que le salía la "sorpresa" era coronado "como rey".
Desde hace una treintena de años se tomó la costumbre de repartir roscón de forma gratuita junto a un vaso de chocolate a todos los zaragozanos en la Plaza de las Catedrales (La Seo y El Pilar)
Antiguamente los Roscones de San Valero se vendían en las puertas de las iglesias, y aunque se sigue haciendo, si bien ahora también es frecuente el adquirirlo en panaderías y pastelerías.
En el día de San Valero se llegan a vender casi 200.000 roscones en la ciudad de Zaragoza.
Ah! lo de ventolero, creo que no hará falta explicarlo...
“Roscones de San Valero, los tengo bendecidos y con sorpresa” proclamaban las rosconeras desde sus puestos de venta en la Plaza de la Seo de Zaragoza.
La fotografía es de Gerardo Sancho que nació en Navarrete del Río (Teruel).