Siempre hay quien ve...
Miradores en la monumental Jaca modernista, Pirineo Aragonés.
Pinceladas modernistas en los grandes edificios de la Jaca de principios del siglo XX.
Tras el derribo de la Muralla medieval allá por 1.915 -de la que apenas queda un vano que está adosado al Convento de las Benedictinas o Iglesia de San Ginés-, da comienzo el ensanche de la ciudad con grandes construcciones, realizadas de acuerdo con los nuevos gustos imperantes de la época.
Hoy en día, en un paseo pausado y detenido por esta ruta arquitectónica modernista, se pueden disfrutar de innumerables pequeños -grandes- detalles decorativos que siempre invitan a detener la mirada.
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