En un rincón con encanto y sabor tradicional de La Portellada, Matarraña, Aragón.
En una de las esquinas de la Plaza del Ayuntamiento de La Portellada aún se conservan dos casas que constituyen (a pesar de los siempre irritantes cableados) un buen ejemplo de la arquitectura rural y popular de esta bellísima comarca aragonesa del Matarranya.
Casas tradicionales de labradores o pequeños propietarios que contaban con todo lo necesario para el desarrollo de su actividad en una economía que era prácticamente de autosuficiencia.
Bodega en el sótano, zagüan con lugar para guardar las herramientas y una pequeña despensa para las conservas.
En la primera planta es donde solía estar el fogaril, el fregadero, el amasador, las alcobas aquí y en la siguiente.
Y arriba, en lo alto, "lo perxi", el solanar secadero y en ocasiones, el gallinero.
Hasta hace no mucho tiempo se conservaba en esta plaza y junto a estas casas lo que era el corral con su espacio para los abríos, una caseta para el puerco, un altillo-pajar e incluso un pequeño abrevador.
Este edificio ya no existe, ahora es un expedito aparcadero para los coches.
Las fachadas de las casas aún conservan la mayoría de los elementos de toda la vida y tienen mucho interés.
Una de ellas es de mampostería con revoco de azulete aragonés y la otra, de sillería.
Ambas conservan, además de los balcones, las portadas de arco de medio punto y sus puertas de madera de hace muchos años.
También hay gatera y agujero para atar a los machos.
Casas que nos trasladan a otros tiempos en que todavía no había llegado la mecanización y tecnificación de la agricultura y aún pervivían otras formas, otros modos de vida mantenidos a lo largo de los siglos.
Visto lo visto, aún es casi un milagro que se conserven casi sin transformaciones ni adulteraciones rincones-tesoros así.
Qué sea por muchos años !!
Magia en La Portellada... Matarraña... Teruel Existe, Resiste y Enamora !!
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