Despierta Jaca, despierta San Pedro... en la Plaza de la Catedral.
La Catedral de San Pedro de Jaca fue la primera gran edificación románica de la península ibérica.
Su construcción en el s.XI está íntimamente ligada al Reino de Aragón y al Camino de Santiago.
Allá por el año 1.077, el rey de Aragón Sancho Ramírez dotó de fueros a Jaca, la ciudad que fundó, convirtiéndose en sede diocesana y por tanto con el privilegio de poder contar con una Catedral.
Fue entonces cuando se ordenó levantar un templo dedicado a San Pedro sobre, prácticamente, el monasterio ya existente del mismo nombre.
De los tres ábsides románicos originales solo se conserva el meridional, suficiente para disfrutar de la delicada ornamentación del afamado ajedrezado jaqués.
Desde aquí, desde Jaca, se extendería su uso hasta La Seo de Zaragoza, San Martín de Frómista de la provincia de Palencia, San Isidoro de León o Santo Tomé de Zamora...
Jaca fue la primera capital del Reino de Aragón y la primera ciudad que aclamó al rey Ramiro II de Aragón, conocido como El Monje en el año 1.134.
Jaca, fue desde siempre un enclave destacado dentro de las rutas del Camino de Santiago que conducía a los peregrinos hasta Santiago de Compostela.
Su privilegiada situación geográica hizo posible en que se convirtiera en un importante núcleo comercial.
Hoy en día, esta siempre agradable Plaza triangular de la Catedral sigue siendo el punto neurálgico de la Capital de la Jacetania.
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