La Villa de Ruesta, Conjunto Histórico Artístico, siempre eterna y fascinante... en el Camino de Santiago, Pirineo Aragonés.
"Ruesta está situada en llano y ladera en la margen derecha del río Rigal y a la izquierda del río Aragón.
Goza de de buena ventilación y clima saludable.
Tiene 100 casas que se distribuyen en varias calles y dos plazas.
Con escuela para niños y otra para niñas.
Su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción está servida por un cura párroco, un coadjutor y un beneficiado, todos perpetuos nombrados por S.M. en los 8 meses y casos de reserva, y en los cuatro restantes por el que era prior del Monasterio de San Juan de la Peña.
El cementerio está junto a la misma y tiene tres ermitas fuera del pueblo, dedicadas a San Juan Bautista, Santiago Apóstol y San Sebastián.
Hay tres fuentes públicas en las afueras.
Confina el término al N. con Esco; al E. con Artieda; al S. con Undués Pintano, Urriés y Undués de Lerda y al O. con Tiermas.
En la parte superior del pueblo resisten las paredes de un antiguo castillo, obra de los moros.
El terreno es montuoso y fértil con 2 famosas huertas que se riegan con las aguas de los ríos Aragón y Rigal, los cuales fertilizan también otros muchos huertos que producen exquisitas camuesas y otras frutas.
De pocos años a esta parte se dedican los vecinos al cultivo de las viñas.
Los caminos son locales, en regular estado.
El correo se recibe de Sos por valijero tres veces a la semana.
Produce trigo, cebada, avena, centeno, maiz, vino, legumbres y muy buenas frutas y verduras.
Mantiene ganado lanar y vacuno.
Hay caza de perdices y conejos.
De industria tiene la agrícola y un molino harinero.
Ruesta cuenta con una población de 106 vecinos y 504 almas."
De esta forma vio el amigo Pascual Madoz a mitades del s.XIX la villa de Ruesta, así lo dejó por escrito en su famoso Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de 1845-1850 y de igual manera lo hemos contado nosotros por aquí para amigos e interesados en su historia y en su grandeza.
Con los años, Ruesta llegó a contar con una población que rondaba los 1000 habitantes y su floreciente progreso fue truncado por la construcción del Pantano de Yesa, que supuso la expropiación de tierras y casas para sus gentes, que tuvieron que rehacer su vida, algunos lejos de sus raíces.
A pesar del olvido y del abandono de los poderes públicos de un pueblo catalogado como Histórico Artístico, Ruesta no son solo unas "ruinas" por muy bellas que dicen algunos que lo son, la Villa de Ruesta atesora todavía un gran patrimonio que sigue siendo responsabilidad de todos -aparte de las consabidas consolidaciones de muros y rehabilitaciones de ermitas-.
Su castillo islámico clama por su consolidación; la iglesia renacentista ha visto hundirse, para vergüenza de unos y otros, las bóvedas de su nave y urge su restauración de lo que todavía aguanta sin reblar; la torre defensiva que formaba parte del viejo recinto amurallado reclama su atención y vigorización y a los que les gusta consolidar muros ya se tarda en hacerlo, al menos, con los que corresponden a las fachadas de las casas de la calle Mayor, hoy intransitable y que conduce al también actualmente inaccesible Castillo.
Hace falta mucha rasmia, pero rasmia de verdad, para ejectuar y hacer lo que la Villa de Ruesta y sus gentes merecen... pero el cielo se conquista así, a lo grande y no con obras menores, que también.
Ruesta... mucho más que "ruinas bellas" en pleno Camino de Santiago, un gran patrimonio arquitectónico histórico cultural que exige grandes miras de los que quieren o pretenden mirar alto.
Siempre sin reblar, rasmia por todo lo alto para una siempre Ruesta, eterna y fascinante.
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