En el mundo de las creencias de las gentes de las montañas se llevaban -y aún se llevan, en parte- a cabo algunos ritos ancestrales encaminados a la protección de las casas, de las personas y de los animales que las habitaban.
En cuestión de segundos una mala tronada con vil piedra del cielo podía arruinar la cosecha de todo un año y derivar en duros y largos períodos de carencia y de malvivir.
Las plagas eran implacables... y su posterior hambruna, también
Un mal paso de las caballerías o su enfermedad o incluso su muerte imprevista suponía quedarse prácticamente sin armas frente a la rutina del día a día en una dura batalla por la supervivencia.
Las pestes -y bien que lo estamos averiguando ahora...- eran inmisericordes e incluso conducían irremediablemente a muchos pueblos a su desaparición.
El fuego en las chamineras era imprescindible para no morir del terrible frío que azota e estos valles en los largos inviernos... y el miedo al peligro de los incendios siempre estaba presente en las casas.
Había -y sigue habiendo- muchos enemigos llamando a las puertas y mucha incertidumbre, inseguridad y desamparo para hacerles frente.
Para prevenir furas tronadas y salvajes pedregadas se encendían en los hogares velas bendecidas mientras se recitaban plegarias como esta ...
"Santa Bárbara bendita
que en el cielo estás escrita
con papel y agua bendita
en la señal de la cruz
Pater noster, Amén, Jesús".
Por las noches y antes de irse a dormir muchas gentes colocaban las tenazas en el centro del fogaril en forma de cruz en forma de protección y para que los gatos en sus frecuentes movimientos nocturnos no pudieran mover las brasas y provocar fuego.
Se colocaban como símbolos de protección -y aún se sigue haciendo- ramas de laurel y buxetas en las puertas y ventanas de las casas, en muchos casos, provenientes de la festividad del Domingo de Ramos.
También se colocan en las entradas los tradicionales cardos d´o puerto o cardinchas.
Cuenta la leyenda que cuando las brujas quieren entrar se encuentran con la mágica planta y que de tanto entretenerse en contar sus pelillos les da la madrugada y ya no pueden penetrar en las casas a hacer de las suyas.
Otros ritos ancestrales son As Enramadas de Pascua cuando los mozos cantan la aurora colocando en las ventanas de las mozas ramos de abeto y ellas les correspondían con la merienda por las tardadas.
En las Sanchuanadas se hacían unos ramos con rosas y sabuco que una vez bendecidos en misa se guardaban en las falsas para que se secaran y poderlos utilizar, una vez cocidos, para sanjuanarse o hacer vapores que decían curaban males.
Elementos, símbolos, ritos y creencias que forman parte de un universo cultural de las gentes que desde tiempos inmemoriales han poblado y siguen poblando estas montañas.
Aragüés d´o Puerto...magia en el Pirineo Aragonés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario