Y allí sigue, en lo alto del tozal íbero bien visible desde la autovía de Huesca a Barbastro... desmoronándose en sus días sin gloria y recordando aquellos años en que las gentes de Velillas todavía acudían en procesión para subir y bajar el santo...
Hoy en día, la senda de subida prácticamente ha desaparecido engullida por la vegetación y el abandono...y la ascensión hay que realizarla "campo a través".
La ermita apenas conserva entero el muro norte, parte del sur con dos contrafuertes y su portada original cegada con dovelas de arenisca, los tres característicos arcos apuntados que arrancan desde el mismo suelo y restos de dos altares.
Este otoño, con las lluvias recientes, ha perdido lo que todavía se mantenía en pie del muro oeste, incluida su portada adintelada por la que se accedía al templo...
La ermita se encuentra en la cima de un altozano antiquísimo asentamiento íbero con restos de una necrópolis y dominando el paisaje...con unas vistas extraordinarias sobre el mismo pueblo de Velillas desde donde se accede y toda la redolada...
Patrimonio tristemente arruinado y olvidado...
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