Aladrén, que se encuentra a casi 800 metros de altitud y en un bello entorno natural, conserva un caserío pleno y rebosante de tradición y sin embargo, tampoco excesivamente conocido.
A lo mejor, para bien.
Aladrén es otro increíble paraíso cercano situado en la Comarca de Cariñena y apenas a medio centenar de kilómetros de la ciudad de Zaragoza.
Sus casas se agrupan alrededor de un cerro donde estuvo su castillo medieval -hoy aún quedan ruinas y foso defensivo- y el antiquísimo asentamiento celtíbero.
En la cima del cerro, con telón de fondo de la Sierras de Herrera y del Peco, se encuentra la coqueta Ermita de las Nieves con amplias panorámicas desde ella hacia la Ermita de San Clemente y parajes del Barranco de Valhondo y La Huerba.
Y más allá, cerca del Pantano de Las Torcas, ya en término del vecino Tosos y en un lugar recóndito el hoy arruinado, romántico y románico Monasterio del Santo con El Alcañicejo, despoblado medieval con castillo de origen islámico.
Su iglesia, en la parte alta del pueblo, es del s.XVII y su patrimonio arquitectónico de carácter popular está bien representado por el antiguo Horno Pan Cocer, palomares, caleras, bodegas-lagares, pajares y eras, pairones, corralizas y bardales, Calvario, Fuente-abrevadero-lavadero, cuevas enigmáticas...
Por si fuera poco, también hay restos de antiguas minas y lugares de gran interés geológico.
Vamos, que los de Aladrén han sabido conservar sus esencias y tienen de todo.
Y a todo ello y en tiempos más recientes se han unido diversos murales de arte pictórico que adornan paredes y muros...
Viñas, pinares, carrascas, sabinas, rebollos junto con el romero, el espliego y el tomillo dan color a estos amables montes y llanuras de Aladrén.
Algo me dejaré de enumerar de los grandes atractivos que atesora Aladrén pero seguro que hay alguno o alguna que nos lo cuenta.
Sin lugar a dudas, Aladrén es un muy buen sitio para vivir, para gozar y para disfrutar.
Y lo dicho... no muy conocido ...

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