Entrañable retrato de una polida aragonesa en la casa donde fue "a servir" ...en el pasado siglo XX.
Un pequeño recuerdo - homenaje a tantas y tantas jóvenes aragonesas y españolas a las que la vida llevó a "servir" -como entonces se decía- en otras casas más "pudientes" o con más fortuna que la suya, de su pueblo o de otros...de aquellas que pasaron las montañas, a Francia...o las que fueron a la "capital" u otras ciudades...
Temporadas cortas o temporadas largas...pero casi siempre horas eternas en la juventud.
Bastante antes de amanecer, a limpiar el fogaril o fogón de la cocina, preparar el fuego, hacer las camas, limpiar, mirar lo que hay para preparar, cocinar, fregar, coser, remendar, planchar, trabajar, servir, servir, trabajar -con ganancias mínimas- lejos del calor de los suyos, lejos del aroma de su tierra...
No, no conviene olvidar de donde venimos la mayoría...
Venimos de esto....y como la memoria es frágil, no estaría de más en tiempos que algunos quieren hacer más revueltos todavía, hacer un presente hacia esas otras mujeres que hoy en día y también en ocasiones lejos de sus raíces...ayudan en el cuidado de nuestros mayores o en otras faenas tan importantes como la que más...
El mundo da vueltas, la humanidad se repite...solo cambian los protagonistas. Y estos...somos nosotros, ciudadanos del mundo.
Fotografía gentileza de Manoli Vigo.
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