Y allí sigue Huesa del Común, uno de los pueblos más bellos de Teruel y Aragón...bajo el amparo de su castillo roquero de Peñaflor, a quién ya conquistó el Cid Campeador allá por el año 1082, aunque más tarde pasara a poder musulmán bajo la taifa de Zaragoza.
Reconquistado de nuevo, por el rey aragonés Alfonso I en 1120, volvería a caer, a su muerte...en manos del islam... recuperándose años más tarde, por Ramón Berenguer IV...
Fueron los templarios los encargados de su defensa a partir de 1142, hasta que se hicieron cargo de él los Condes de Luna.
Pedro II lo entregó a Pedro Fernández cuando se convirtió la villa en cabeza del "Señorío de la Bota", que duró hasta el s.XVII...
En 1626, la Comunidad de Aldeas de Daroca compró la Corona de Honor de Huesa y la integró en su propio territorio.
En 1838 el castillo se hizo fuerte al mando del general carlista Cabrera...que tanto daño hizo en tantas y tantas fortalezas de Teruel en aquellas guerras...
A partir de allí...el castillo quedó a merced de los tiempos ...y sus tiempos le llevan poco a poco a su ruina...aunque todavía mantiene con gran orgullo varios lienzos de muralla y dos torres cuadradas en cada uno de los extremos junto con una estancia abierta con bóveda de cañón apuntada...
En una de sus paredes aparece el famoso "cortacabezas" ...que es una curiosa ventana con un orificio circular tallado en una sola piedra...
Más abajo quedan los restos de una torre albarrana ...y la bella villa de Huesa del Común...con su trazado y sentido sabor medieval...
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