Abismos de pasión... donde "San Cosme y San Damián debajo una peña están"...Santuario mágico y recóndito en Vadiello, Aragón.
Encantador y pintoresco lugar, al borde mismo de un acantilado con vistas al paraíso...
Este es el maravilloso enclave que eligieron las gentes de tiempos, que se pierden en las páginas de la historia, como centro de peregrinación consagrado a divinidades paganas protectoras de la salud.
Paraje, que con los siglos, sería cristianizado y encomendado a Cosme y Damián, santos patronos de la medicina.
Las referencias documentadas al Santuario parten de 1396 cuando se crea una cofradía de devotos en Huesca bajo los auspicios de Martín I, rey de Aragón, también conocido como "El Humano" o "El Viejo".
Cuenta la historia y cuenta la leyenda que una de las obligaciones de la cofradía era el acudir todas las festividades de "Todos los Santos" a este santuario erigido en honor a los santos mártires Cosme y Damián que ejercieron la medicina en la lejana península de Arabia, y cuyo culto viene de Oriente hacia el S. VI, dada la estrecha relación existente con Bizancio.
La propiedad del santuario ha recaído secularmente en el linaje de los Azlor, Señores de Panzano, más tarde con títulos de Duques de Villahermosa y Condes de Guara.
Hoy, el conjunto arquitectónico, de titularidad privada y compuesto, alrededor de una plaza rectangular, por oratorio-iglesia, antigua hospedería de peregrinos y Casa del Conde de Guara, ha sido restaurado y permanece cerrado a las visitas a excepción del Día de la Romería.
Este día se celebra el primer domingo de mayo más cercano a San Gregorio, cuando se juntan en el santuario nueve pueblos de la sierra y redolada.
Aunque fuera de ese día no se puede acceder al santuario, el camino que nos acerca hasta sus mismas puertas es una auténtica delicia ya que discurre por un bosque encantado.
El regreso por el itinerario circular señalizado y propuesto está jalonado por las diversas ermitas que iban recibiendo a los devotos y las vistas que se obtienen sobre el santuario compensan con creces el esfuerzo de adentrarnos en este singular y siempre gratificante rincón de la Sierra de Guara.
Ramón J. Sender (1901-1982), el genial escritor aragonés de Chalamera, dejó escrito que "entre los mil recuerdos de Aragón que me han acompañado por el mundo figura el santuario de San Cosme y San Damián, uno de los lugares más pintorescos y típicos de nuestro Alto Aragón".
Tenía más razón que un santo.

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