Magnífico paseo que discurre por la rambla del río de la Cantalera entre hermosos ejemplares de chopos cabeceros.
Estos árboles tradicionalmente se han utilizado para producir madera y forraje, ya que, como otros muchos, cuando el tronco se parte o se corta, consiguen emitir nuevos brotes en esa zona. Esta característica, sumada a una poda periódica, la llamada “escamonda”, ha dado lugar a la forma tan característica que tienen los chopos cabeceros.
La calidad y versatilidad de la madera del chopo fomentó su plantación, dejando, con el paso de los años, un paisaje cultural único en Europa que ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural Inmaterial. Los cabeceros son esculturas vivas y el hábitat de una rica comunidad biológica.
La Hoz de la Vieja... Cuencas Mineras de Teruel.
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