martes, 22 de julio de 2025

El Ayer y el Hoy de la Ermita románica de San Juan de Ruesta (Zaragoza)

 


 


La Ermita de San Juan de Ruesta, es bien del Camino de Santiago, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
 
Muestro 5 fotos que resumen de modo concreto y conciso las aventuras, desventuras y mutilaciones que ha sufrido -la edificada, posiblemente, en el s.XII- Ermita de San Juan Bautista de Ruesta, en apenas una veintena de los últimos años transcurridos ya, en el siglo XXI.
Aunque es justo y necesario señalar que sus males tuvieron sus comienzos unas décadas antes... en 1963.
Y esos males tienen su origen en la construcción del Pantano de Yesa a mitades de ese siglo XX que ocasionó la expropiación de tierras y casas de las gentes de Ruesta y la consiguiente expulsión de su pueblo.
El agua y el fango nunca inundaron ni el pueblo ni la ermita, situados a mayor cota, pero los condujeron a una desolada ruina.
Fue en ese año de 1963, con el agua llenando el pantano y con el pueblo ya vaciado de gente y vida, cuando fueron arrancadas del ábside de la Ermita de San Juan, -situada aislada a unos centenares de metros de Ruesta-, sus preciadas pinturas románicas, que en un principio fueron expuestas en el Palacio de la Virreina de Barcelona (1964) para posteriormente pasar al Museo Diocesano de Jaca, donde desde entonces las exhiben.
Dicen que "salvaron" las pinturas románicas trasladándolas a decorar otras paredes pero la Ermita de San Juan despojada de su bien más preciado fue sentenciada al olvido, el abandono y la ruina.
Con las pinturas ya a buen recaudo ya nadie se acordó de la Ermita de San Juan como tampoco se acordaron del cuantioso patrimonio arquitectónico y cultural del pueblo de Ruesta, catalogado Histórico Artístico Nacional y actualmente sumido en la ruina.
Pasaron los años y solo el orgullo, su orgullo histórico, mantuvo la Ermita de San Juan en pie hasta el mismísimo siglo XXI.
Ya hacía bastantes años que una grieta amenazaba la fachada de su muro, tal y como se aprecia en la primera de las fotografías pero y a pesar de innumerables protestas y reclamaciones, nadie, absolutamente nadie, hizo nada para evitar su derrumbe parcial -segunda imagen- que tuvo lugar en febrero de 2001.
En una tristísima y lamentable actuación -y está claro que a la vista de que un posible Recrecimiento del Pantano de Yesa la inundará- la ermita quedó en el estado que muestra la fotografía en blanco y negro.
Dicen que para "protegerla" se le impuso un vergonzante parapeto y con él ha seguido su existencia hasta prácticamente nuestros días y a la espera de su restauración pero con la mente puesta realmente en su inundación.
El Recrecimiento del Pantano de Yesa ha seguido su curso, con cuantiosas y millonarias inversiones, incluida la ampliación de la presa y sus inumerables problemas de deslizamientos, resquebrajamientos y problemas geológicos.... pero la rebaja de la cota pensada inicialmente ha permitido salvar de las futuras aguas a la Ermita de San Juan de Ruesta, posibilitando su restauración - remodelación o reconstrucción.
El resultado, salta a la vista, no va a dejar indiferente a nadie y con él, mil y una sensaciones y sentimientos se agolpan en los sentidos de los que hemos tenido la suerte o desgracia de haber visto el templo entero, caer, mancillado y humillado.
Se podría haber optado por devolver al templo al estado y esplendor tradicional en que llegó al siglo en que nos encontramos -las viejas piedras de lo derruido aún se conservaban en un montículo cercano- pero se ha resuelto, se supone que con el beneplácito de Patrimonio del Gobierno de Aragón, por la introducción de elementos y conceptos nuevos o modernos, ajenos a lo que existía.
En todo caso, la ermita se ha salvado, sí se ha conservado plenamente el ábside románico y la reconstrucción -con vano de cemento incluido- se ha restringido a la zona derruida...y ha desaparecido el horrendo parapeto que la cubría.
Algunos, los que seguimos viendo la tierra redonda, el pan, pan y el vino, vino, aun seguimos viendo en este sagrado lugar, al resguardo de los montes pirenaicos, aquella entrañable, humilde y, sobre todo, nada aparatosa Ermita de San Juan de Ruesta.
En todo caso, un debate muy interesante sobre si los límites de la creatividad en las restauraciones de monumentos y patrimonio son los que impone la tradición y el respeto al arte o los que imponen o se conceden a los supuestos restauradores en busca de impronta, innovación o reconocimiento. 
 
Ermita de San Juan Bautista de Ruesta... Camino de Santiago... Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
 
 
 


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