"Villanovilla está situado en el Pirineo.
Su clima es frío, pero sano.
Tiene 7 casas; la consistorial y cárcel, que es un mal cuarto.
Iglesia dedicada a Santa Eulalia y buenas aguas potables.
El terreno es montuoso.
Produce granos y pastos; cría ganado y caza de varios animales.
Tiene una población de 9 vecinos y 56 almas".
De ésta forma vio Villanovilla a mitades del s.XIX el amigo Pascual Madoz, que lo reflejó en su famoso Diccionario Geográfico- Estadístico- Histórico 1845-1850 y de igual modo lo hemos contado con placer por aquí para amigos y seguidores.
Parece ser que el topónimo de Villanovilla viene de la raíz "villa novella", o sea, villa nueva y bien podría remontarse a su reconstrucción tras el paso de las arrasadoras razzias musulmanas en el ya lejano siglo X.
La existencia de Villanovilla ya está documentada en el año 1028 al ser mencionada en una donación realizada por Sancho el Mayor .
En 1188, cuando formaba parte de las posesiones del Castillo de Atarés, el rey Alfonso II de Aragón, llamado "El Casto" o "El Trovador" lo donó al Monasterio de Santa Cruz de la Serós a cambio de Aísa y Villanúa.
El Conde Foix era señor de la villa en el s.XIV, siendo en el año 1397 cuando el rey Martín I de Aragón, conocido como "El Humano" incorporó Villanovilla al Concejo de Jaca, ciudad realenga.
En 1778 todavía era lugar de realengo.
En 1873 Villanovilla figura como Acín como cabecera del Ayuntamiento.
En 1900 Villanovilla contaba con 57 habitantes.
A mitades del siglo XX, de forma trágica como con las razzias musulmanas del s.X, el Valle de la Garcipollera fue comprado por Patrimonio Forestal del Estado para repoblarlo con pinos para evitar sedimentos en el Pantano de Yesa y sus gentes obligadas a abandonar sus casas, sus tierras y sus raíces.
Actualmente todos los pueblos del valle están arruinados, salvo Villanovilla.
Sus gentes se reservaron la propiedad de sus casas y con el tiempo las han rehabilitado, construyendo otras ... siendo el único pueblo vivo de este bellísimo valle del Pirineo Aragonés.
En un paseo detenido por los rincones del pueblo, enclavado en una naturaleza privilegiada, todavía es posible ver entrañables elementos característicos de la arquitectura tradicional y popular de la zona.
Chamineras troncocónicas con sus espantabrujas, viejas y mágicas piedras de portadas, algunas ya vencidas por el duro batallar de la vida, trucadores de ensueño, aperos que evocan mundos ya perdidos, detalles de otros tiempos, de otros lugares quizá...
Villanovilla... el pueblo "milagro" d´A Garzipollera, Chacetania... en la magia del Alto Aragón.





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