Las neveras, neveros o pozos de hielo fueron durante unos tiempos, ya algo lejanos, construcciones imprescindibles para la conservación de alimentos y para poder tratar enfermedades, como hemorragias, fiebres, traumatismos...
Para construirlas se aprovechaban taludes, zonas de ventisqueros, con las tres cuartas partes de su estructura bajo tierra y con su acceso bien reducido y orientado al frío norte.
Su interior con temperaturas bajas y constantes permitía la conservación del hielo una vez estructurado en su interior, por capas, con tablones, maderos y paja.
Luego llegaría con el ímpetu industrial las fábricas de hielo ...y las neveras quedaron en desuso o con "cambios" en su funcionamiento.
A partir de entonces, algunas de ellas pasaron a ser almacén, pajeras...e incluso improvisado vertedero.
Otras, incluso, merced a su abandono, llegarían a arruinarse e incluso a desaparecer.
Los pueblos, como Nombrevilla, que han sabido mantenerlas, cuentan con un auténtico tesoro...ya que es una muestra histórica y cultural del modo de vida de nuestros antepasados.

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