jueves, 18 de septiembre de 2025

Los simpáticos Jumentos del Valle de la Garcipollera, Pirineo Aragonés.

 


 

 

Cuentan en los libros que los burros derivan de los asnos salvajes del Norte de Africa y que fueron domesticados para poderlos utilizar como animal de carga hace unos 7.000 años.
Desde entonces el burro, asno, jumento, borrico, pollino, somé, somero... ha compartido su vida con la del ser humano.... hasta hace no muchas décadas.
El burro, muy a su pesar, representa uno los símbolos del declive del mundo rural.
De animal imprescindible en el ciclo vital de la vida y de decidir prácticamente el trazado de caminos, carreteras, líneas telefónicas por su innata capacidad para buscar los mejores recorridos ha pasado su presencia a ser poco más que testimonial y casi exclusiva en el modelo de granja didáctica-turística.
Si en España a mitades del s.XX podía haber más de 700.000 asnos censados, actualmente las cifras rondarán los 20.000 ejemplares.
Atrás quedaron los días del que fue fiel compañero del labrador, leal guía de caminantes y viajeros y protector de ganados alertando del peligro de la presencia del temido lobo.
Mal lo tendría hoy Cleopatra para bañarse todos los días con la preciada leche de burra con sus propiedades nutrientes e hidratantes de la piel.
Incluso no lejos de aquí, en Panticosa todavía existe "Casa Burra" que cuenta la tradición oral que su nombre proviene porque hace muchos años hubo en el pueblo un gran brote de cólera y las gentes de esa casa se salvaron todos porque bebían todos los días leche de burra que previene de contraer esa enfermedad. 
 
En tiempos recientes se ha vuelto a apostar por el burro para limpieza de cortafuegos o como "brigadas de limpieza" del entorno de algunos pueblos, como ocurre en Isín, antiguo despoblado hoy revitalizado, también en el Pirineo Aragonés. 
 
De la antigua abundancia de los burros, nos habla un dicho de Sallent de Gállego ...
“O que con una de Sallent se casa
se lleva burra y mujer ta casa”.
O este otro, que nos habla de la entonce imprescindible labor de los esquiladores...
"Burro mal esquilau, a ros cuatro días igualau..."
 
Pues bien, aquí están bien tranquilos y buscando compañía estos borricos en un paraje de una naturaleza desbordante... en el Valle de la Garcipollera.
A Garzipollera es un pequeño y aún a día de hoy, poco conocido valle de A Chazetania, recorrido por el río Ixuez, afluente del Aragón.
A Garzipollera, al igual que los burros, también ha tenido unas últimas décadas de vida azarosa y no muy venturosa... pero ésta es otra historia...

 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los colores de la tierra... en Codos (Zaragoza)

      Ancestral fachada de una casa tradicional con tapial y azulete aragonés. Codos... magia en la Comunidad de Calatayud... Zaragoza.    C...

Entradas más vistas.