viernes, 19 de septiembre de 2025

El renacer de Villanovilla, el único pueblo vivo del Valle de la Garcipollera, Pirineo Aragonés.

 


 

 

Todo el Valle de la Garcipollera fue expropiado en los años 50-60 del pasado siglo por Patrimonio Forestal del Estado mediante decreto de repoblación forzosa para plantar pinos que evitaran la erosión y colmatación del Pantano de Yesa.
Pocos se acuerdan e incluso no saben, de que las gentes de estas tierras -a pesar de estar lejos del embalse-, fueron víctimas "colaterales" de la construcción del Pantano de Yesa.
A los pueblos de Ruesta, Tiermas y Esco, cuyas mejores tierras fueron inundadas por el agua y sus habitantes obligados a marchar hay que unir los que se vieron afectados en la más lejana cuenca alta del río Aragón... Bescós de Garcipollera, Bergosa, Acín, Yosa de Garcipollera, Larrosa y el propio Villanovilla en el Valle de la Garcipollera -perteneciente hoy en día al término municipal de Jaca- y Cenarbe en Villanúa.
Se calcula que el Estado obligó forzosamente en aquellos años a desplazarse por la construcción del Pantano de Yesa a una población que rondará las 2.000 personas.
Aquel éxodo forzoso no evitó, ni mucho menos, a lo largo de las siguientes décadas una gran colmatación del embalse.
Sedimentos acumulados y que, en su gran mayoría no van a ser ser extraídos sino que van a formar parte del Recrecimiento del mismo Pantano de Yesa, actualmente en curso.
Constrastados riesgos sísmicos y geológicos y la oposición de asociaciones de afectados como COAGRET y Asociación Río Aragón así como de asociaciones defensoras del hombre y de la naturaleza como Greenpeace, SEO/BirdLife, WWF/Adena, AEMS-Ríos con Vida, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción no han podido impedir las obras de un recrecimiento por el que muchos, en el futuro, estarán en vilo y rezarán por que las cosas no se tuerzan.
Ruesta, Tiermas y Esco, junto al embalse, se encuentran a día de hoy en la más inclemente ruina.
Ruina que también asola a los pueblos del Valle de la Garcipollera.
Solo se ha salvado uno de ella... Villanovilla.
Villanovilla sigue vivo porque en aquellos aciagos años sus gentes se reservaron en propiedad el casco urbano de la villa, lo que contribuyó a preservarla del abandono y humillación que sufrieron los otros pueblos.
Digo humillación porque muchos tuvieron que ver algunos de sus pueblos como dianas de prácticas de tiro de maniobras militares...
Con el tiempo, sus gentes han revivido Villanovilla, gracias a la rehabilitación de muchas de sus casas, construyendo otras, pero intentando respetar la fisonomía de la arquitectura tradicional y popular de la redolada.
Visto lo visto, visto lo que hay, es un auténtico milagro el espectacular resurgimiento de Villanovilla y que actualmente cuente incluso con habitantes viviendo permanentemente aquí.
Villanovilla no rebló nunca y sigue vivo a pesar de todo y de todos.
 
 
 
 

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