El Patio de la Infanta, joya del arte renacentista aragonés.
No habrá patios en el mundo tan "viajeros" como este afamado "Patio de la Infanta", actualmente en la sede central de Ibercaja de Zaragoza.
Este patio, en origen, se encontraba en "Casa Zaporta", el desaparecido Palacio del mercader judeoconverso y tesorero del rey, Gabriel Zaporta, ubicado en la calle San Jorge de Zaragoza, en el límite de lo que fue la vieja judería.
Zaporta, portentoso enamorado de la época, mandó construir el palacio en 1549 como regalo de bodas para su esposa Sabina de Santángel, que enconces contaba solo 20 años.
En esos siglos, Zaragoza era una de las ciudades más ricas de Europa y tal vez, del mundo.
Era tal su valioso y rico patrimonio que era conocida como Zaragoza "La Farta"... "La Harta".
Era una próspera ciudad dedicada a la industria y el comercio.
Algunos entendidos han calculado que Zaragoza habrá tenido en su monumental e histórico patrimonio unos 200 palacios y casas nobles.
Actualmente, quedan menos de 20.
Otros insignes afortunados que también ocuparon con los años la Casa Palacio Zaporta, fueron el Cronista Mayor del Reino Lupercio Leonardo de Argensola, Ramón Pignatelli o La infanta Maraia Teresa de Vallabriga.
Con los años, la Casa-Palacio Zaporta sería destinada a usos varios, como Escuela de Bellas Artes, Escuela de música, Casino de Zaragoza...
Pero llegaría un fatídico incendio que asolaría el palacio a finales del s.XIX, dejando la casa poco menos que en ruinas.
La piqueta, tan amante y querida en esta ciudad, le daría el finiquito final en 1903.
Su magnífica techumbre mudéjar fue reinstalada en el Museo Provincial, hoy Museo de Zaragoza.
Sin embargo, el Patio fue a parar a manos del anticuario francés Fernand Schultz que lo troceó y volvió a montar en su tienda de antigüedades de París, en la calle Voltaire, número 25.
Con un par.
No sería hasta 1958 cuando el Patio pudo regresar a sus raíces, a Zaragoza, cuando la entidad bancaria lo pudo adquirir.
Tuvo que pagar por él, 30 millones de francos franceses de la época.
No sería hasta 1980 cuando se reinstala dentro de su nueva sede central de la Plaza Basilio Paraíso.
Actualmente el Patio de la Infanta es visitable por el público y sirve, también, como lugar de exposiciones y algunas actuaciones musicales y culturales.
El Patio viajero y único de Zaragoza...el de "la Infanta".
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