La azarosa y rocambolesca historia de uno de los más bellos palacios del Renacimiento español...
Los orígenes del Patio de la Infante se remontan a 1549 cuando el comerciante y noble aragonés Gabriel Zaporta, judeo converso y uno de los primeros banqueros de la Corona de Aragón, construye un grandioso palacio, "Casa Zaporta", como regalo de bodas para su esposa Sabina de Santángel.
La primera fotografía es un grabado de Jenaro Pérez, realizado hacia 1850 y donde se muestra la majestuosidad y grandiosidad del Patio de la Infanta.
La siguiente fotografía es una imagen de Lévi et Cie, unos años antes de que la noche del 11 de Septiembre de 1894 la "Casa Zaporta" sufriera un gran incendio.
El Patio y la escalera y parte de la techumbre se salvaron pero el resto quedo arruinado y la piqueta aguardaría al edificio hacia 1903.
En ese mismo año, 1903, el Patio de la Infanta fue vendido al anticuario francés Fernand Schultz por unas 17.000 pesetas de la época.
La siguiente fotografía, de Coyne, nos muestra ya el Patio de la Infanta fatalmente troceado para ser enviado a París, donde sería de nuevo montado como reclamo en la tienda de antigüedades de Schultz.
Hay algunas informaciones que apuntan a que el dictador Franco, tentó o estuvo tentado, de pedir el Patio de la Infanta a Hitler, a cambio de otras otras obras de arte de Goya o El Greco...pero el asunto, evidentemente no llegó a cuajar.
No sería hasta la muerte del rico anticuario, cuando sus herederos lo pusieron a la venta y fue comprado en 1957, por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y La Rioja, por unos 3.000.000 de pesetas.
El conjunto sería instalado definitivamente en el interior de la nueva sede central de la entidad bancaria, Ibercaja, en 1980.
La fotografía muestra el moderno edificio edificado en el centro de la capital aragonesa donde se encuentra actualmente el Patio de la Infanta.
Y ya en la última toma, cuando visitamos el conjunto plateresco realizado en piedra y yeso, consigue que casi nos olvidemos que en realidad estamos dentro de un voluminoso edificio moderno e incluso nos traslada a otras épocas donde la belleza y la magia tenían otro concepto...ya perdido.
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