Mundos que fueron pero que ya no son.
Espacios de vida, espacios de duro trabajo, espacios de mucho sacrificio... de años en que la mies nunca era mucha y todas las manos eran pocas.
Aún resisten, aún, algunos pajares con sus entrañables eras, impregnados del alma de nuestros ancestros y hoy en día, reconvertidos en unos -muy escasamente valorados pero- auténticos museos etnológicos al aire libre.
Y hoy, Día de los Trabajadores, aquí queda este pequeño tributo a los que consiguieron levantar con su esfuerzo un país hundido tras una incivil guerra.
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