Tal y como están los tiempos y los insoportables hilos de los que manejan el mundo viene bien de vez en cuando hacer un alto en el camino en rincones que inviten a soñar o, al menos, dejar volar la imaginación del niño que -creo que aún- todos llevamos dentro.
En el corazón del Parque Miguel Servet de Huesca, gran pulmón de la ciudad, encontramos uno de esos mágicos rincones.
Es la entrañable Casita de Blancanieves que forma parte del Monumento-Homenaje que Huesca rindió a Walt Disney y que se inauguró el 28 de junio de 1.947.
La Casita de Blancanieves del Parque Miguel Servet es una reproducción de la morada de los siete enanitos del cuento de Disney.
Todo el mundo sabe que Blancanieves es el personaje principal cuento de los hermanos Grimm que fue llevado al cine por Walt Disney en el año 1937.
Los vivos colores de la Casita y sus formas son una invitación a soñar dentro de la frondosidad del Parque Miguel Servet.
La Casita de Blancanieves se ha destinado prácticamente desde sus orígenes y casi sin interrupción a biblioteca y ludoteca para los más pequeños.
Al lado de la Casita figura un mosaico con la misma Blancanieves y los enanitos y un medallón de bronce (obra de José Ma. Aventín) junto con un rótulo que dice "Huesca a Walt Disney".
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