Es en el fascinante ábside central donde se encuentra el mayor tesoro de la Catedral gótica de Huesca.
El retablo es de alabastro y está dedicado a Jesús de Nazaret.
Damián Forment, que poco tiempo antes había terminado el Retablo Mayor de la Catedral-Basílica del Pilar de Zaragoza, comenzó a trabajar en el del Huesca el año 1.520.
Tardaría en hacerlo 13 años.
Forment murió en 1.549 sin haber cobrado los 110.000 sueldos jaqueses que firmó en el contrato.
Serían sus hijas quienes lo cobrarían años después del Cabildo de Huesca.
Damián Forment está considerado el escultor de mayor renombre del Renacimiento Aragonés.
En el Retablo Mayor de la Catedral de Huesca consiguió conjugar elementos góticos en la decoración y mazonería con otros plenamente renacentistas como figuras y grupos escultóricos.
Es un retablo -típicamente aragonés- llamado del tipo expositor o manifestador caracterizado por el visible óculo de la calle principal para representar al Santísimo.
Toma su modelo del retablo del s.XV de La Seo de Zaragoza y el mencionado del Pilar.
Representa la vida de Jesús y pasajes del Antiguo Testamento.
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