En el corazón de Huesca, frente al Casino-Círculo Oscense y en la Plaza Navarra (popularmente Plaza de Zaragoza) se encuentra -desde 1.865- alegrando la vista de propios y extraños la Fuente de las Musas o de las Ninfas.
En 1881,el Ayuntamiento de Huesca aprobó la traída de aguas potables a la ciudad desde el Manantial de San Julián de Banzo, en la Sierra de Guara. En el contrato de concesión venía especificado que quien trajera el agua tenía que levantar una fuente monumental. Tras varios años de trabajos la Fuente de las Musas quedó inaugurada el 10 de noviembre de 1885.
Es una fuente-escultura que tiene su origen en un prototipo que fabricó la Fundición Durenne para la Exposición Internacional de Londres, cuyo autor fue Jean-Baptiste Jules Klagmann (1810-1867), muy activo durante la época de Napoleón III.
En aquellos años ya costó un dineral... 6.500 pesetas, ni más ni menos.
Para su construcción se utilizó hierro fundido (que lo fue en los míticos Talleres Averly de Zaragoza y piedra procedente del cercano pueblo de Bandaliés.
Desde el zócalo arranca la fuente hierro donde se encuentran las ninfas de mar, sentadas, con un cántaro desde donde cae agua sobre la venera (concha).
Lo más destacado de la fuente puede que sea la presencia de las cuatro musas. Son cuatro figuras femeninas estilizadas, alegóricas, que representan mediante instrumentos que llevan en su mano la poesía (lira), la industria (prensa de vino de miniatura y un martillo), la ciencia (esfera) y la pintura (paleta de pintor).
Del mismo diseñador, Antoine Durenne, también podemos encontrar en Huesca otra fuente, la de la Moreneta, situada en la Plaza de la Catedral.
Magia en Huesca... La Fuente de las Musas o de las Ninfas.
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