Cuanto juego han dado éstas rocas areniscas -aparte de otras- tan frecuentes en nuestra geografía aragonesa a nuestros antepasados desde tiempos inmemoriales para su día a día...
Pacientemente trabajadas y cinceladas no sólo han servido para obtener sillares para construcciones y también rulos...sino que con sus formas adecuadas nos han llegado a nuestros días muestras de que formaron parte de lagares - prensas de vino, aceite..., hornos destilación de aceite de enebro, silos para grano, aljibes, depósitos y reservorios de agua, posibles trampas para la captura de aves y otros animales,...y también -en el inexorable ciclo de la vida y la muerte- para tumbas - sepulturas en necrópolis de diversas épocas.
De igual forma, grandes peñas, estratos y cuevas fueron modificadas por la mano del hombre para la construcción de fortalezas, fortines, eremitorios, cuevas fecundantes...
Lugares antrópicos, como les gusta decir a algunos con palabras más doctas...eso es...lugares naturales modificados por la mano del hombre.
También las hay...como también hay quien las busca y les da interpretaciones más esótericas... piedras con incisiones, grabados y marcas con simbología varia...como cruces y otros signos protectores, antropomorfos, cazoletas, canaliculos, petroglifos, posibles altares rupestres o lugares de sacrificio rupestres...
Todo un mundo el de la magia y los secretos que esconden las piedras dotadas de vida propia por nuestros ancestros...
Y una parte representativa de éste mundo ...se encuentra en el entorno del Castillo de Montearagón...pudiéndose ser otro atractivo más en su imprescindible visita para los que no lo conozcan...o un redescubrimiento para otros..
No hay comentarios:
Publicar un comentario