En una plazoleta enclavada entre las calles Joaquín Costa y Pedro IV encontramos las cuatro pilas de los antiguos Lavaderos de San Julián.
Parece ser que antaño se encontraban a cubierto bajo una gran construcción actualmente desaparecida.
Con una capacidad para unas cien personas se han respetado las pozas de lavado de la vida.
Durante las excavaciones arqueológicas que se realizaron en el lugar durante las restauración de los lavaderos se encontraron las trazas una acequia ibérica que, por los motivos que fuera, se dejó de utilizar hacia el s.II d.C.
En el Museo de Huesca se pueden ver diversas jarras, cuencos y otros útiles romanos que también aparecieron durante esos trabajos.
El hallazgo de la acequia bajo el foso ibérico de la ciudad lleva a pensar que el regadío oscense del Isuela pudiera tener más de 10 siglos antes de lo datado...
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