Con las viejas, mágicas y arruinadas piedras del Monasterio de Santa Susana - La Trapa de Maella, Aragón y con su aún bellísima capilla gótica.
Cuenta la tradición, cuenta la leyenda... que Santa Susana tras ser martirizada en Roma, fue llevada milagrosamente viva a Amposta donde vivió largos años en una cueva, aislada y apartada del mundo.
Tras ese retiro junto al Padre Ebro, se cuenta que fueron los ángeles celestiales los que le rogaron se vistiera de hombre e ingresara en un convento de monjes benedictinos situado a orillas del Matarraña y cerca de Maella.
Con la llegada de los musulmanes a la península ibérica, Santa Susana fue nuevamente martirizada y finalmente degollada, siendo su cuerpo enterrado en un lugar desconocido de este mágico y hoy arruinado Monasterio de La Trapa de Maella.
Fantástica -o no- historia que nos traslada a los orígenes, posiblemente visigodos de este lugar.
Es la historia la que cuenta que, probablemente, este Monasterio sería arrasado por los árabes y reconstruido por la Orden de Calatrava allá por s. XIII.
Sería el año 1226 cuando los Calatravos cedieron -por orden del rey de Aragón, Jaime I "El Conquistador"- la iglesia a los monjes cistercienses del monasterio de Santa María de Escarpe.
En el año 1341 se conoce que se recogieron limosnas por todo el Arzobispado de Zaragoza para "la fábrica de la iglesia de Santa Susana de Maella, donde se halla el cuerpo de la Santa", por lo que es muy probable que esta fascinante capilla gótica que nos ha llegado pueda datar de ésta misma época.
Es una nave levantada con buena piedra sillar, que conserva la cubierta original y con tres sólidas bóvedas de crucería, de las cuales, la central, presenta en su clave la flor de lis que era el emblema de la Orden de Calatrava.
Allá por el s.XVI, el noble aragonés Miguel Pérez de Almazán, señor de Maella, estableció en los alrededores del monasterio -habitado en esos años por franciscanos- el lugar de Villanueva de Almazán, aunque se proyecto no llegó a culminar de acuerdo con sus deseos.
Hacia 1643 los franceses tomaron Maella, destruyeron la ciudad, el castillo y el monasterio, que también fue saqueado.
En 1649 el monasterio sufrió nueva destrucción, en esta ocasión, en la guerra con Cataluña.
En 1796, el monasterio, ya bastante mermado, fue ocupado por monjes trapenses, que habían sido expulsados por la Revolución Francesa.
A pesar del caos de la Guerra de la Independencia de 1808 y la desamortización de 1836, los monjes trapenses aún estuvieron en Santa Susana hasta 1837.
Durante su estancia y hasta su desalojo, los monjes trapenses consiguieron dotar al monasterio de portería, hospedería, biblioteca, refectorio, claustro con pozo de agua, torre con dos campanas y un reloj.
Además poseía sala de estudio, enfermería, sastrería, lavadero, horno de pan cocer, laboratorio, bodega vinícola, caballeriza, pajar, molino aceitero, imprenta, carpintería, herrería...
Dentro de la iglesia, el altar mayor estaba dedicado a Nuestra Señora de la Trapa, flanqueada por cuadros de San Pedro y San Pablo.
Otros retablos estaban dedicados a San José y San Bernardo, pintados en lienzo.
La sillería del coro estaba dividida en una serie alta y otra baja, con un total de 78 asientos; era de pino pintado de color caoba. En el respaldo de la iglesia había además una capilla con tres altares con retablos sobredorados dedicados a la Virgen de los Dolores, San Joaquín, Santa Ana y San Juan.
Desde su abandono en 1837 por los trapenses el lugar ya no volvió a ser ocupado y de todo lo que tenía a penas se mantiene en pie la torre de la iglesia, muros de las naves y dependencias, frontal principal y la capilla gótica, que es el elemento de mayor interés y belleza.
Hoy en día, por sus mismas puertas pasa la carretera que desde Maella lleva al vecino pueblo de Fabara, pero continúa siendo un lugar de una belleza difícil de describir y que llega al alma.
Monasterio de Santa María de la Trapa de Santa Susana de Maella, Aragón... Comarca del Bajo Aragón - Caspe ... Zaragoza.
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