Días de siega, hace unas cuantas décadas...
"Segando con el mandil y tres dedos en la zoqueta y desde el codo izquierdo hasta la muñeca un cuero ancho con un cordel al dedo corazón para proteger el brazo de la mies..es lo que recuerdo de cuando era chico." (Comentario de José Luis Latorre)
"Tan poca cosa somos, que nuestro sustento cabe en un grano. Tengo oído aquí que el más viejo de la familia decidía según la meteorología si se ventaba o se segaba aquel día. Había que eran unos linces y con los primeros rayos del Sol se levantaban a repasar los cepos que previamente habían extendido. El hambre matutina hacia que los pajarillos cayeran como ídem. Es decir que antes de empezar a laborar algunos ya tenían plato seguro, lo que en aquella época no era una cuestión menor. Bueno, el hambre no lo es en ninguna. La cosechadora terminó definitivamente con todo este rito que se repetía desde el neolítico por lo menos... En algunos lugares se rememora y se conservan las primeras maquinarias. Es una loable tarea mantener y transmitir esta tradición que arrancó nada menos que de nuestros primeros padres". (Comentario de Rubén Oliver)
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