martes, 18 de febrero de 2025

El Castillo de Trasmoz desde el lugar donde se encontraba la Estatua de Bécquer robada y despedazada en el 2.014.

 


 

 

Con las viejas, descarnadas y mágicas piedras del Castillo de Trasmoz, Aragón.
 
“Sobre la cumbre del monte de Trasmoz, y donde ayer no se encontraban más que rocas y matorrales, hemos descubierto al amanecer un castillo tan alto, tan grande y tan fuerte como no existe ningún otro en todos vuestros estados”
(Gustavo Adolfo Bécquer en la Carta VII de sus "Cartas desde mi celda" escritas durante su estancia en el Monasterio de Veruela, en las faldas del Moncayo, hacia 1864). 
 
Así "descubrió" Bécquer el Castillo de Trasmoz en una de sus frecuentes andadas que realizaba por la redolada desde Veruela. 
 
Situado al norte del mítico y sagrado Moncayo (del latín "Mons Caius", monte con mucha cuesta) esta fortificación ya debió de existir en aquellos tiempos de dominación islámica y posteriormente re-edificiado por cristianos allá por el s.XII.
Desde su privilegiada situación controlaba los oteros, veredas y caminos de tierras fronterizas -con sus conflictos correspondientes- entre Castilla y Aragón.
La fortificación fue recuperada por el rey aragonés Alfonso I, llamado "El Batallador" hacia 1185.
De esta época data, posiblemente, la Torre del Homenaje (en el centro del recinto, hoy restaurada y sede del Museo de la Brujería de Trasmoz).
Sería en siglos posteriores cuando a ella y a su pequeño recinto se unirían las murallas perimetrales, hoy arrugadas por la vida y mil y ciento batallar.
Estas sucesivas ampliaciones para reforzar la fortificación de cara a las guerras con los castellanos las realizarían los reyes Sancho VII de Navarra (1215) y Pedro III y Pedro IV de Aragón (siglo XIV).
Sería la famosa "Guerra de los Pedros" (entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón en 1356-1369) la que costaría al Castillo de Trasmoz una gran destrucción.
En el s.XVI un incendio asolaría la fortificación y quedaría ya, prácticamente abandonada.
En las últimas décadas se ha conseguido paralizar su deterioro e incluso en el año 2002 se inauguró la ya comentada y restaurada Torre del Homenaje como Museo y Centro de Interpretación de Trasmoz. 
 
Al gran poeta romático Bécquer, tal y como comenta en sus "Cartas desde mi celda" le costaba llegar hasta aquí, desde el Monasterio de Veruela, como tres cuartos de hora. 
 
Y aquí, al aire libre y junto al castillo se le erigió una estatua homenaje de tamaño natural, con pose sentada y pensativa.
Estaba orientada hacia la vista del cementerio, escenario real de muchos de los escritos del poeta.
Era una obra de la gente, "de todos" porque los 20.000 euros que costaron se sufragaron con participaciones individuales, de colectivos y de organismos.
La escultura de bronce fue pensada "como una forma de devolver a Bécquer todo lo que el poeta romántico ha hecho por esta tierra"
La estatua fue ruin y miserablemente robada para ponerla en manos de un chatarrero receptor.
El chatarrero obtuvo por la venta de la estatua y otras piezas, 464 euros. 
 
"¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!"
(Gustavo Adolfo Bécquer) 
 
Trasmoz... Comarca de Tarazona y el Moncayo... Zaragoza. 
 
 
 
 


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