viernes, 27 de enero de 2023

"El Tren de las endemoniadas" para ver al Santo Cristo de Calatorao, en 1.935


 
En el siglo XVIII se edificó una gran Posada (que actualmente es la Casa de Cultura de Calatorao) para poder dar alojamiento a la gran cantidad de visitantes que eran atraídos por el Santo Cristo, que se custodiaba -y se custodia- en la Iglesia parroquial. 
 
Acudían a verlo desde infinidad de puntos ya que tenía fama de obrar milagros y curaciones
.
La leyenda y tradición oral cuenta que el origen de la impresionante talla se debe a la llegada a Calatorao de un peregrino enfermo (o que se lo hacía) que fue sanado gracias a la caridad de las gentes del lugar y que como agradecimiento se ofreció a tallar la imagen y donarla a su iglesia.
Desde ese momento el Santo Cristo gozó de un fuerte fervor y devoción. 
 
Sus supuestas curaciones y prodigios sanadores se propagaron rápidamente e incluso se recogían testimonios de que a la imagen le crecían las uñas, sudaba o le sangraban las heridas.
Calatorao se convirtió en un gran centro de peregrinación de fieles y gentes enfermas y desesperadas para las que la ciencia no encontraba remedio y que buscaban en el Santo Cristo curación física o sanación para sus tormentos mentales, que muchos enlazaban, entre la religión y la superstición con supuestas posesiones demoníacas.
Al Santo Cristo de Calatorao lo llamaban "El Cristo de los Endemoniados". 
 
Cuando llegó el ferrocarril y durante prácticamente un siglo, un tren especial salía de Zaragoza todos los 14 de septiembre haciendo parada en todas las estaciones para que las personas pudieran ver al Santo Cristo de Calatorao.  
 
El tren llegaba lleno devotos y también de enfermos, de muchos enfermos con toda suerte de desgracias...y entre ellos, los desheredados de la mente, los que llamaban "endemoniados", que solían ser, en su mayoría, mujeres.
Las escenas de muchas de estas personas postradas a los pies del Santo Cristo eran estremecedoras, con ataques de ansiedad, convulsiones e incluso con episodios de epilepsia. 
 
"Al salir de la iglesia una enemigosa cae a nuestro lado, la cual, después de unas raras convulsiones, como si sufriera un ataque de epilepsia, es retirada por varias personas. Al retirarla, la pobre mujer perdió el pañuelo, formándose alrededor de éste un corro, sin que nadie se atreviera a recogerlo. Aquel pañuelo tenía los demonios".... se relataba en crónicas periodísticas de la época. 
 
Este tren especial fue suspendido allá por los años 60 del siglo XX, en parte, para evitar las duras escenas de la llegada y estancia de los "endemoniados" o "enemigosos" como también los llamaban. 
 
Estos fenómenos de "exorcización" tuvieron también cierta relevancia en Aragón en otros lugares como la Romería de Santa Orosia en Jaca  o en la Procesión de La Balma, en la vecina Castellón. 
 
La foto del "Tren de las Endemoniadas" fue publicada en la Revista Estampa el 21 de septiembre de 1.935.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Sal de la vida... en Remolinos (Zaragoza)

    En una de las salinas - balsas de evaporación y decantación de las Minas de Sal de Remolinos, Aragón. Las Minas de Sal continúan siendo ...

Entradas más vistas.