Nuei d´Almetas...Noche de ánimas en Aragón...desde tiempo inmemorial.
Mucho antes de que nos llegará la invasión americana del llamado "Halloween"...en muchos pueblos aragoneses ya se celebraba la noche de ánimas con las tradicionales calabazas vaciadas y esculpidas con caras siniestras e iluminadas con velas.
Vamos que aquellos, los americanos, nos han "copiado" y no al revés, como algunos suponen.
El origen de la tradición parece ser que se encuentra en el "Samhain", festividad celta del período pagano en Europa, antes de su conversión al cristianismo.
Debió de ser Irlanda la que exportó esta fiesta a Norteamérica...pero en Europa y en muchos pueblos aragoneses ya se celebraba.
La creencia general es que las ánimas del purgatorio vagan esa noche en busca del descanso eterno y acuden a nosotros en busca de ayuda.
Ayuda que debemos prestarles a cambio de su intercesión por nosotros para lograr nuestro bien.
En Radiquero, en la Sierra de Guara, todos los años por estas fechas salen las almetas y totones, las ánimas que vagan con sus guardianes que las reconducen...
Mientras, sus gentes, ya están preparadas con sus calabazas vaciadas y con una vela dentro para que las almetas crean que la casa ya está habitada por una ánima y pasen de largo.
En Trasmoz, en tierras del Moncayo y que es el único pueblo de
España excomulgado por la Iglesia Católica, también celebran la fiesta de "La Luz de las Animas" con un contenido parecido al de Radiquero, lo que demuestra lo ancestral de la tradición.
Las gentes de Trasmoz llevan una calabaza con su correspondiente vela por difunto, porque se cree que si una de las almas se queda esa noche sin luz puede perseguirles de por vida...
"Por las pobrecitas almas,
todos debemos rogar,
Que Dios las saque de penas
y las lleve a descansar"
Es la cantinela que se oía en Piedratajada, en las Cinco Villas, cuando una comitiva -ataviada con personas envueltas en capa- atravesaba el pueblo totalmente a oscuras y trucaban en las puertas de las casas para que salieran las ánimas.
En Pozán de Vero se hizo famosa una copla que cantaba una mujer a su marido que no quería...
“Ya te has muerto, Timoteo,
ya te llevan a enterrar;
no pienso llevarte luto
ni te quemaré estadal”.
Se repartían lamparillas de aceite para colocarlas en los lugares de las casas preferidos por los difuntos y esa noche nadie salía de sus hogares porque vagaban las ánimas por el pueblo.
En Moyuela los jóvenes del pueblo subían a la torre de la iglesia y tocaban las campanas durante toda la noche para ahuyentar a los espíritus.
Para aguantar toda la noche se llevaban un perolo de migas y se contaban historias de miedo.
En El Pueyo de Jaca cuentan que todavía se puede escuchar tocar el piano a Celina....que murió una tarde de Todos Santos ahogada en el Río Caldarés con los pequeños que cuidaba.
"En Salas as carbazas se meteban ta espantar a os que andaban ixa nuei en a que caleba estar encadaus en casa. A o mío lolo Timoteo as almetas en ringlera l'espantón o macho en o que montaba y se cayó fendo-se moratons y nafras. Asinas me lo contón en casa".... comentario de Rafel Vidaller.
"En Zaragoza mi abuela se encargaba de poner las lamparillas por cada persona muerta de la familia y nos enseñó a preparar calabazas.esa noche asaba castañas y nos contaba historias de miedo"... comentario de Miguel Ángel Lahoz.
"En Movera, Zaragoza, mi padre tenía un huerto grande donde se criaban calabazas abundantes y de clases variadas y recuerdo verle vaciar algunas y ponerlas en la ventana de la cocina con un cabo de vela encendida."... comentario de Yolanda Abenoza.
"En Luesia, Altas Cinco Villas, la noche de difuntos, se subía al "campanal" a tocar a difunto toda la noche, y para amenizar la tarea se hacían migas los mozos que estaban toda la noche tocando. También se acudía a casa de los vecinos a rezar el rosario. Y mi padre me contaba que cuando eran críos iban a los huertos a por calabazas que vaciaban y le hacían caras y ponían velas (y sin conocer Halloween ni gaitas)."... comentario de José Alegre Garcés.
Estas son algunas, pero hay muchas más historias en muchos pequeños y grandes pueblos aragoneses...y seguro que alguno se animará a contarlas esta noche...
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