Siempre es un maravilloso disfrute este hechizante rincón aragonés de Tiermas, perteneciente a la Comarca de la Jacetania, pero en la provincia de Zaragoza.
Del barro y del lodazal en que se ha convertido el Pantano de Yesa siguen surgiendo de las profundidades de la tierra los hechizantes manantiales de agua termal que ya conocieron y explotaron los romanos.
Y la gente, que viene desde muchos puntos, tanto de Aragón como de Navarra, Francia y el País Vasco, sobre todo, vienen a disfrutar y disfrutan -disfrutamos- de lo lindo de las aguas y del singular paraje.
Este año y estos días, con un añadido más, ya que ha vuelto a emerger el viejo Puente de Tiermas que salvaba el río Aragón y comunicaba desde tiempos antiquísimos con el mágico pueblo y castillo de Ruesta, hoy al otro lado del Pantano, enseñoreado por hermosos colores otoñales.
Por este puente pasaban sobre caballerías las gentes de Ruesta para poder tomar el coche de línea de Jaca a Pamplona, antes de que la construcción del pantano matara el pueblo, como también le ocurrió a Esco y al propio Tiermas.
Sobre el puente y al lado de nuestros pies, aún se puede ver parte del ancestral "enrullao" o empedrado del pavimento de cantos rodados... y que desgraciadamente terminará por desaparecer totalmente.
Tampoco se sabe nada de una lápida que existía de piedra conmemorativa de alguna restauración o reconstrucción realizada en el puente durante los tiempos de Carlos III.
Paseando por las ruinas de lo que en su día fueron las casas de Los Baños, el barrio bajo de Tiermas, increíblemente se ha conservado un poderosamente bello antiguo tramo de una calle empedrada con zaborros de cantos rodados de río.
Al fondo de la cola del pantano y en tierras que de nuevo serán anegadas por el futuro recrecimiento del pantano, destaca en el horizonte la silueta de la majestuosa Peña Oroel.
Para los que aún no conocéis este paradisiaco enclave, no deberiáis de perdéroslo porque el puente no todos los años es visible y porque buena parte de lo que ahora se ve, es ya, casi, otro mundo perdido.
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