No lejos de Ipiés y en medio de una masa de caxigar junto con pinos, en un enclave sereno y de subyugante belleza, es donde se encuentra la que llaman "Casa Nueva" y otras edificaciones, hoy arruinadas, de la Pardina de Fanlo... en el mismo lugar donde en la Edad Media se pudo localizar el Monasterio de San Andrés de Fanlo, posiblemente junto a un despoblado medieval.
De aquel viejo monasterio no queda prácticamente nada...eso sí, a simple vista y sobre el terreno.
Sus piedras se utilizarían para levantar otras formas de vida... la casa vivienda de la Pardina, junto a bordas, corrales, pajares y otras edificaciones de la redolada.
Entre todo ello, en tiempos, se encontró un arcaico capitel, que actualmente se guarda en el Museo de Sabiñánigo.
Harían faltas diferentes fases de trabajos arqueológicos para desvelar las entrañas y enigmas que todavía sobrevuelan sobre este hechizante lugar.
Aún se ven viejas y bien trabajadas piedras en algún muro y restos de lo que pudo ser una monolítica pila bautismal entre los caxigos.
Cerca
del viejo camino a la Pardina de Fanlo se encuentra el Arbol de la Vida
de Ipiés, un monumental Caxico, que llama la atención, además de por
sus proporciones, por su gran belleza.
Es
un gigantesco Roble -cuidado y respetado por el dueño del campo en el
que se encuentra- que ha conseguido llegar hasta nuestros días y que nos
da idea y nos pone en situación de lo que en siglos pasados pudo ser
este enclave, un gran caxigar o robledal en castellano.
Magia, mucha magia a descubrir y a redescubrir en Ipiés, en la Pardina de Fanlo y en la memoria del Monasterio románico de San Andrés de Fanlo.
Ipiés... Serrablo... Pirineo Aragonés.
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