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Paisaje natural italiano de aire bucólico. La escena se desarrolla en un olivar de terreno ondulado donde aparece una pastora de
pie y de espaldas, apoyada en uno de los árboles con su brazo derecho.
El pequeño rebaño de cabras que cuida se extiende por toda la parte
inferior de la composición, a izquierda, derecha y zona central. Viste
traje popular italiano: larga falda marrón con cintas que la rodean en
la parte inferior, blusa blanca fruncida en los extremos, por encima un
corsé ajustado negro y un pañuelo rojo cubriendo la cabeza. La pintura tiene un rico colorido, una sutil iluminación que genera sin embargo múltiples sombras proyectadas por los árboles así como un tono algo apagado y brumoso, conocido en otras obras de Barbasán. Es de muy buena calidad, ejecutada sabiamente, con abreviadas pinceladas y calidades muy logradas en la parte grumosa de los ramajes, más cargados de materia que el resto. Mariano Barbasán durante su estancia en Italia, cultivó el género costumbrista inspirado en los pueblos italianos, recogiendo los aspectos más pintorescos del paisaje. El cuadro forma parte de la colección de obras artísticas del Ayuntamiento de Zaragoza.
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