Cuenta la historia, cuenta la leyenda ...que fue el rey aragonés Alfonso I El Batallador quien reconquistó y cristianizó estas bellísimas tierras de la Comunidad de Calatayud allá por el ya lejano año 1120.
Cuando Alfonso I de Aragón murió en 1150 dejó en herencia Ibdes a la Orden del Hospital de San Juan que se había fundado tras la conquista de Jerusalén por los Cruzados.
Debieron ser esos mismos monjes los que al tiempo que construyeron la desaparecida iglesia-convento de San Juan Bautista aprovecharon y cincelaron esta hermosa gruta natural como altar-ermita de la Virgen de la Soledad.
Adentrarse en la cueva es hacerlo en un recinto mágico que invita al recogimiento y también a la contemplación de gran cantidad de estalagmitas y estalactitas formadas pacientemente por las filtraciones de agua en la tosca y roca a lo largo de los siglos.
La Ermita-Cueva de la Soledad se visita conjuntamente con la cercana Gruta de las Maravillas en un paraje natural de gran belleza junto a la Cascada de la Paradera en una "Ruta del Agua" que también incluye la antigua nevera y la Fuente Juncarejo.
Las inquietas gentes de Ibdes en su afán por potenciar la monumentalidad patrimonial tanto arquitectónica como natural que atesora su pueblo también posibilitan a continuación de las cuevas, la imprescindible visita al recinto interior de la Iglesia que se encuentra en lo alto del pueblo.
Indico días y horarios para que los que no conozcáis este siempre sorprendente Ibdes -y cuando pase este modorro virus que nos asola-, podáis hacerlo...
Miércoles y Sábados a las 17 horas.
Domingos a las 11,50 horas.
Un consejo...visitad todo y también todo el pueblo en un sosegado y fascinante paseo.
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