Amando Fraga, Aragón, con locura, a la tardada... sus viejas y mágicas calles y casas...
Es un deleite y un suspiro interminable el paseo lento y detenido por el añejo y siempre entrañable casco antiguo de Fraga.
Calles estrechas, empinadas, sinuosas, laberínticas...en un pintoresco entramado urbano de claro origen musulmán.
El desarrollo urbano y la orientación arquitectónica de los edificios se pensó inteligentemente para aprovechar al máximo las irregularidades del relieve de las laderas de una colina, inmediatamente debajo de la fortificación defensiva, por encima del riesgo de las avenidas del río Cinca y siempre buscando la más favorable exposición al sol y el resguardo del temido cierzo.
Y al otro lado del río, las huertas, las tierras de cultivo y de la vida.
Las casas solían desarrollar tres plantas, siendo el solar estrecho con respeto a la fachada, pero con gran profundidad.
Casas altas en calles estrechas para atrapar el calor del invierno y mantener el frescor durante los veranos.
Las casas fragatinas solían construirse con el mismo barro del entorno más inmediato.
Barro con agua y paja, en forma de adobe o barro cocidoen forma de mágico ladrillo.
La piedra caliza se reservaba para los zócalos.
Empedrados formados con cantos del río para proteger a los abríos en los patios y cuadras.
La madera llegaba desde el mismo Pirineo por el río Cinca y era imprescindible en la esrtructura de las cubiertas y forjados de los edificios.
Con las abundantes cañas se elaboraban los cañizos sobre los que apoyaban las emblemáticas "tejas árabes".
Todos los materiales, a excepción de determinadas maderas, del entorno y la redolada más inmediata.
La planta baja comunicaba la entrada con la cuadra y el corral, que se situaba al fondo.
En la parte elevada el imprescindible solanar o angorfa donde se secaban los productos y frutos del campo y de la huerta.
Ya no abundan los solanares, tampoco hay carros ni animales del campo y a mucha gente no le gustan las cuestas ni tampoco el no poder llegar con el coche a la puerta de casa.
El discurrir de la vida cambia a grandes velocidades y el tiempo modela inexorablemente los pasajes y paisanajes urbanos de los pueblos.
Fraga -aún siendo evidente que precisa sus mimos y cuidados- sigue teniendo uno de los cascos antiguos más tradicionales y mejor conservados en su máxima esencia de Aragón.
Casco Histórico de Fraga... un pueblo pensado para la eternidad.

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