martes, 3 de diciembre de 2024

Con el tiempo que nos llama...Trucador fálico en el Alto Aragón.

 

 

 



Amando los trucadores... 
Bellísimo trucador salido de las manos del ancestral Ferrero del pueblo.
 
Trucador de trucar, de golpear, de llamar a la vida.
Era allí, en las fraguas o ferrerías donde las manos del maestro artesano del hierro jugaban con el fuego y el martillo.
Una danza mágica hasta dar con la forma de los siempre hechizantes llamadores. 
 
Eran las baldetas, eran los picaportes ...los que avisaban a los dueños de las casas que estamos allí, en el branquil, esperando que nos abrieran, nos atendieran o nos dejaran pasar, porque muchas veces las puertas de las casas ya se encontraban abiertas.
Antaño, estos elementos junto con las características de la vivienda, su portada, rejerías, escudos, inscripciones, decoración ... hablaban y mucho del poderío de la familia.
A más elevada posición social más posibilidades de pagar por un trucador más trabajado y delicado.
 
Los trucadores se relacionan directamente con el Pirineo pero estaban y están distribuidos a lo largo y ancho de todo Aragón.
 
Las aldabas no solo denotan el estatus de la Casa sino que llevan aparejadas otras connotaciones directamente relacionadas con la protección o poderes fecundantes para sus habitantes, animales y cultivos.
 
Algunos trucadores representan figuras antropomorfas, otros ciertos animales -serpientes, dragones, lagartos, leones, murciélagos, pieles de culebras...-, otros adoptan volúmenes geométricos y los hay, claramente faliformes, como es el caso de mi fotografía de hoy.
Las aldabas antropomorfas optan por cubrir aspectos de carácter pagano o esotérico.
Los llamadores en forma de animales, normalmente, tienen una cualidad protectora, de atracción de la suerte y alejamiento del mal.
Y los que imitan el órgano masculino -que algunos incluso incorporan el femenino...- adoptan propiedades más relacionadas con la fertilidad.
Fertilidad para la continuación de la Casa, fertilidad para los animales de la misma y anhelo de conseguir fértiles cosechas que procuren de ese modo su larga supervivencia.
Mirando con atención los trucadores, a veces se encuentran otros símbolos de difusa interpretación o de libre elección del herrero, sus iniciales o la fecha... 
 
En todo caso, auténticas, irrepetibles y mágicas obras de arte que invitan a dejar volar la imaginación y a soñar.



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