Carbonero en un alto de su vigilancia de su cabera con las "fumeras" para hacer carbón vegetal en un bosque de los Pirineos.
El carboneo consistía, básicamente, en transformar la leña cortada y recogida en el bosque en carbón mediante una combustión incompleta.
La vida de los carboneros, era muy dura ya que debían de vivir en pleno bosque -soportando frío, vientos, nevadas... prácticamente todo el tiempo que duraba el proceso.
En ocasiones ese tiempo incluso era acompañado por su familia, instalándose en casetas, cuevas, abrigos naturales, refugios o meras chozas que se construían con medios de fortuna para este fin.
El proceso era largo y laborioso e iba desde el corte con hacha de la leña, su recogida y su acarreo hasta el lugar donde se realizaría la cabera hasta todas las fases de combustión para lograr el preciado carbón vegetal.
Después de su ensacado y pesado, aún había que realizar su transporte desde la cabera hasta los caminos de herradura y posteriormente pistas para desde allí llevarlo a los núcleos de población.
El carbón vegetal se utilizaba para el trabajo de herreros, caldereros, cocción de alimentos e incluso en los motores de gasógeno de los coches durante la incivil guerra española y posterior dura posguerra.
El peculiar "picón" también era indispensable combustible en los braseros de las casas para soportar los entonces largos y duros inviernos.
En los años 60, la llegada, fundamentalmente, del butano acabaría con el oficio de los carboneros que eran en una buena parte, responsables del mantenimiento limpio y accesible de caminos de nuestros bosques.
Hoy en día, en algunas excursiones por el Alto Aragón y en zonas boscosas aún es posible encontrar los "rastros" de los entrañables carboneros.
Son caminos o trazas de caminos que si los sigues, "no van a ningún sitio" porque acaban en grandes pendientes o abruptos barrancos...
A veces también se ven grandes circulos de tierra negra ...señal de carboneros.
Recuerdo y homenaje a los carboneros, figura ya desaparecida.
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