Con una humilde rama de olivo, como elemento protector, en la puerta de una casona de Selgua, Aragón.
Rama bendecida de olivo, proveniente del Domingo de Ramos del año pasado y que hoy, posiblemente será renovada, aquí, en Selgua y siguiendo la tradición, en muchos otros lugares de Aragón.
La misma tradición que nos cuenta, al margen de creencias o no, que el Domingo de Ramos es la primera festividad de la Semana Santa y también, el último día de la Cuaresma, que dio comienzo el Miércoles de Ceniza.
El Domingo de Ramos es la fiesta que conmemora la entonces llegada triunfal de Jesús, montado en una borrica, a Jerusalén, donde fue aclamado por una multitud que portaba palmas y también ramas de olivo.
Las palmas, para los judíos, eran símbolos de fecundidad y riqueza, y las ramas de olivo eran distintivos de paz.
Palmas y ramas, bendecidas, se colocan en lugares privilegiados durante toda la Semana Santa y son quemadas cuando acaba, para utilizar sus cenizas el Miércoles de Ceniza del próximo año.
Hay un dicho popular que dice... "¡Domingo de Ramos! Quien no estrena no tiene manos", que alude a que hoy estrenando algo se tendrá suerte hasta el próximo año.
Y hoy, será cuando muchas puertas, ventanas o balcones de muchas casas aragonesas... estrenaran una ramita de olivera o de rusco o bucheta, una vez que han sido bendecidas y ocupando el lugar de la del año pasado.
Es tradición y creencia que estas ramas se colocan porque se les atribuye la propiedad de ahuyentar tormentas, brujas y enfermedades maléficas.
En los campos y sembrados también existía la costumbre de hincar en la tierra alguna de estas ramas para proteger las cosechas de las tronadas y de la temida piedra.
Desde tiempos inmemoriales ha existido honda preocupación por las tormentas y los efectos del granizo, no solo por sus efectos en los sembrados sino por el temor a las trágicas muertes que los rayos provocaban en personas, animales y rebaños.
En algunos lugares del Pirineo, los pastores durante las tronadas se colocaban, sin cubierto y al raso, a resguardo de los artos ya que sobre ellos tendió la Virgen María los pañales de su hijo.
Otros "remedios" cuando apedregaba era colocar cuchillos, hachas, tijeras o dallas con el filo hacia arriba, acercar cruces a las ventanas para "esclarecer", ir el mosén a esconxurar rápidamente, bandiar las campanas o encender las mismas velas bendecidas del Domingo de Ramos.
Tiempos en los que se creía que las tronadas eran provocadas por demonios y brujas.
Tiempos, los de hoy, en los que todavía demonios y brujas, enmascarados de mil y una forma, siguen, querámoslo o no, campando a sus anchas.
Creencias y manifestaciones mágicas, supersticiones y, también, religiosidad popular.
Elementos y símbolos protectores de la casa, las personas y los animales.
Ritos y rituales, algunos perdidos, pero otros, plenamente aún vigentes.
Selgua... Comarca del Cinca Medio... Alto Aragón.
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