El agua de la vida... en el monumental conjunto de Aljibes labrados en la roca, de Selgua, Aragón.
Si hay lugares donde el silencio habla más claro y más alto de la vital importancia a lo largo de la historia de conseguir y guardar como el mayor tesoro del mundo el agua para la propia supervivencia ... ese es el Cerro de San Salvador de Selgua.
Justo debajo de las panzas y laderas de roca arenisca que embellecen la silueta de la Ermita de San Salvador, la cultura del agua de los hombres de tiempos inmemoriales, quizá árabes, labró infinidad de canalillos, canales y agujeros en forma de depósitos que encauzaban la bendita agua de la lluvia hasta un gran ajilbe donde se guardaba para ser recogida y consumida.
Unas escaleras talladas en el interior del aljibe permitían acceder al agua y ser cómodamente recogida a mano, en cántaros.
Justo al lado de las escaleras aún se ven unas pequeñas cubetas circulares talladas en la roca para que los recipientes fueron colocados en ellas y evitar su rotura.
Impresiona ver el gran trabajo tomado en perfilar los canales y canalillos para conducir y reconducir el agua a la gran cubeta, bien acondicionada con grandes sillares y zaborros donde fallaba la roca.
Hasta estos aljibes medievales se llegaban las gentes de Selgua hasta el siglo pasado para abastecerse de agua.
Testigo de ello son las marcas que dejaban en la roca los carros y que se pueden ver con algo de atención.
El entorno es precioso y las vistas desde arriba, desde la Ermita, impresionantes en todos los sentidos.
También se pueden ver junto a los aljibes las trincheras y otros restos de la incivil guerra española del siglo XX.
Magia, mucha magia ... en el Cerro de San Salvador de Selgua... Comarca del Cinca Medio... Aragón.






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