El claustro se sitúa al costado sur de la iglesia; conservando en su extremo sureste la capilla de San Bartolomé, único vestigio del templo mozárabe, hoy en funciones de Panteón Real (se encuentran los restos de los reyes Alfonso I “El Batallador” y Ramiro II “El Monje”)
En la restauración llevada a cabo hacia finales del siglo XIX bajo la dirección del arquitecto Ricardo Magdalena, el escultor Mariano García Ocaña se encargó de esculpir capiteles para llenar los huecos dejados por los que se retiraron y llevaron al Museo Provincial por su deterioro.
Representan la vida de Jesucristo, además de otros motivos históricos o alegóricos.
La mayor parte son dobles y apean en dobles fustes cilíndricos, que en algunos de ellos son hexagonales. En la mitad de las alas este y oeste, hay capiteles cuádruples sobre cuatro fustes. Y en las situadas al norte y al sur, los que las centran poseen cuatro dobles capiteles agrupados en una sola escena.
En una zona del claustro, Santiago Ramón y Cajal tuvo su estudio fotográfico.
En los muros hay algunos arcosolios de época románico-gótica; así como inscripciones funerarias.También hay sarcófagos de monjes y personas pudientes que se enterraban aquí aportando su dinero al templo y laudas funerarias del siglo XIII.
La Iglesia y el Claustro de San Pedro el Viejo (s.XII) constituye uno de los conjuntos más importantes del románico aragonés.
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